Un grupo de privadas de libertad de la cárcel El Buen Pastor, en San Rafael Abajo de Desamparados, está montando sus fiestones con licores finos y ricas bocas que las acompañan tras las rejas.
DIARIO EXTRA supo que las reclusas solicitan a sus proveedores tragos varios y hasta litros de guaro Cacique, whisky y vino tinto por lo que el precio varía significativamente, dependiendo del gusto de la consumidora.
Una de las mujeres que organiza la pachanga aseguró, vía telefónica a este medio, que la actividad llamada “convivencia” se desata con mayor notoriedad los días festivos, como de la madre y en diciembre.
“Las “tafies” son todo el año, pero los días festivos como el de la madre, navidad y fin de año la montamos de terror, acompañada de comidita y bailongo; sólo las que echen el güevo. La más pudiente toma whisky y paga por trago ¢3 mil, la que menos tiene consume Cacique y desembolsa ¢2 mil y las que quieren seguir la fiesta compran el litro en ¢50 mil”, detalló.
La privada de libertad aseguró que existe toda una organización tan lucrativa detrás de la operación que no se descarta esté llenando las bolsas a unos cuantos.
Luego de una información confidencial, las autoridades carcelarias realizaron una requisa en el ámbito A3 de indiciadas, donde permanecen alrededor de 60 mujeres, a quienes les encontraron al menos cuatro botellas de vidrio vacías de diferentes licores, por lo que fue claro que la fiesta había acabado.
Trascendió que en los ámbitos B3 y B4 también se dan las guareras a lo grande, supuestamente a vista y paciencia de los custodios, al parecer algunos de ellos participan.
TRAS LOS PASOS DE PROVEEDORES
Ante esta situación, que no es nueva para las autoridades penitenciarias, se ha realizado una investigación para determinar quién o quiénes son las personas que introducen al centro penal ese tipo de bebidas alcohólicas y otros objetos que son prohibidos.
Guillermo Ugalde, director de la Policía Penitenciaria, confirmó a DIARIO EXTRA que existen personas que pretenden ingresar este y otros objetos a prisión con ayuda de personal interno. “Descubrimos hace unos días un chofer de un camión proveedor que llevaba varias pachas de guaro y que mantenía una relación sentimental con una privada.
Hemos encontrado funcionarios con algún tipo de adicción al licor y droga por lo que se aborda de inmediato para que no llegue a más", explicó Ugalde. Entre los sospechosos están algunos custodios, personal administrativo del penal y proveedores que visitan las instalaciones en diferentes horas, por lo que se podría estar detrás de una red de trasiego de licor, teléfonos celulares y planchas de cabello.
Fuentes cercanas a la investigación aseguraron que esa actividad también se practica en el centro penal La Reforma y Virilla, ambas ubicadas en San Rafael de Alajuela, inclusive en mayores cantidades con la participación de algunos jerarcas.
