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Opinión

Tras las rejas murió el socio de Stroessner

Stella Calloni define la Operación Cóndor como el pacto criminal entre los gobiernos militares de la década del 70, Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, que dejó como saldo más de 100.000 víctimas en el Cono Sur. Sus víctimas fueron los dirigentes sindicales, estudiantes, profesores, periodistas, religiosos/as, seguidores de la teología de la liberación, abogados, médicos, cooperativistas, intelectuales, es decir la clase pensante de América Latina.


El entonces secretario norteamericano Henry Kissinger fue el cerebro del mal que dio la orden al general Augusto Pinochet de Chile de limpiar el aparato del Estado, la sociedad civil y la sociedad política de comunistas en Chile y en el Cono Sur de América Latina. Por otra parte, el general boliviano Hugo Banzer tenía que limpiar la  Iglesia Católica por dentro de los sacerdotes “zurdos”  implicados en la teología de la liberación.


El gobierno norteamericano en aquel entonces quería imponer el modelo neoliberal estableciendo el  mercado total e inseguridad total y para cumplir con ese objetivo cometió los crímenes de lesa  humanidad a través de sus mercenarios latinoamericanos formados en la  Escuela de las Américas en la zona del Canal de Panamá. El gobierno norteamericano proporcionó financiamiento y asistencia técnica  para llevar a cabo la Operación Cóndor.


El 22 de diciembre de 1992 hemos encontrado en Asunción tres toneladas de documentos que prueban la existencia de un terrorismo de Estado salvaje y criminal.


Videla, en el marco de  la Operación Cóndor, para congraciarse con el gobierno norteamericano de turno, incorporó  impunemente  el secuestro de las criaturas de las madres parturientas, sistemáticamente, aplicó el saqueo y muerte al apoderarse de los bienes de los que serían supuestamente cómplices de los subversivos, y persiguió implacablemente a los centros universitarios, una conspiración contra la sociedad del conocimiento.


Videla no murió en su casa, sino en la cárcel, cumpliendo condena judicial a diferencia de sus asociados Pinochet, Stroessner, Banzer, Bordaberry, Geizel, etc. Impunes. En el caso de Videla se cumple el refrán: “Quien a hierro mata, a hierro muere” detrás de los barrotes de su celda.

 

*Víctima de la Operación Cóndor y descubridor de sus archivos secretos.

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Martes 02 Julio, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Martín Almada

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