Ciudad del Vaticano, (DPA y EFE),- El primer Papa jesuita y latinoamericano de la historia, el argentino Francisco, cumplió ayer 100 días en el Vaticano, durante los cuales cosechó una sorprendente popularidad en todo el mundo mostrando el rostro sencillo de la Iglesia. Pero a la vez prepara una ‘revolución pacífica’ dentro de la desacreditada Curia Romana, el gobierno central, un reto que marcará su pontificado.
El pasado 13 de marzo, en el segundo cónclave del tercer milenio fue electo sucesor de Benedicto XVI, Jorge Mario Bergoglio, de 76 años con corazón franciscano, quien se dijo "al servicio de los demás" y que sueña con una iglesia "pobre y para los pobres".
Lo primero que hizo es desprenderse de oropeles. Calza zapatos negros y no los rojos papales, no duda en besar y abrazar a quienes se le acercan y se aloja en una residencia del Vaticano junto con obispos y sacerdotes.
"La pobreza es un escándalo. Hay tanta riqueza, tantos recursos para dar de comer a todos no se puede entender como hay tantos niños hambrientos, sin educación, tan pobres", afirmó recientemente.
El Santo Padre denunció que en el mundo no manda el hombre, sino el dinero y que aunque la crisis es profunda sigue dominando una economía y una finanza carente de ética.
Criticó el "carrerismo" (afán de éxito), la rivalidad y la lucha de poder y llegó al papado tras los casos de curas pederastas y el escándalo Vatileaks, que desveló enfrentamientos y supuestos casos de corrupción en la Curia Romana. Este será su mayor reto.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Viernes 21 Junio, 2013
HORA: 12:00 AM
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