Editorial
Desde el fin de semana anterior entró a regir en el país el nuevo sistema de puntos en las licencias de conducir. Es un mecanismo que busca sancionar efectivamente a aquellos conductores que ponen en riesgo la vida de otros a la hora de manejar por nuestras carreteras.
El sistema lo que hace es sumar puntos negativos por cada multa establecida para ello en la legislación, obliga a que los choferes conduzcan con mayor cuidado.
Se trata de 12 puntos negativos que se acumulan y que pueden hacer que una persona pierda su licencia, deba ir a cursos de reeducación y sensibilidad vial, pero además que al recuperar el permiso de manejo sea por un tiempo menor al que normalmente se le da a las demás.
De esta manera, conducir bajo efectos de licor o a velocidades excesivas, es decir aquellas conductas temerarias en las rutas, son las que más puntaje acumulan (6 puntos) y por ende más le perjudica a los infractores.
¿Servirá?, únicamente la puesta en marcha de este mecanismo podrá visualizar qué tan “apuntado” está el conductor, pues si bien es cierto hay un castigo. La fórmula apela más a la conciencia de cada quien sobre su comportamiento al tomar el volante.
Y es que los ciudadanos muchas veces no son conscientes de cómo actúan cuando manejan, hay personas que cambian incluso por completo su personalidad, se vuelven intolerables y violentos, actitudes que para nada ayudan cuando eso se combina con el licor o alta velocidad.
Además de un asunto de conciencia, el nuevo sistema de puntos también incorpora riesgos como la pérdida de empleo para quienes no acaten la legislación, específicamente para trabajadores dedicados a manejar buses, busetas, taxis, transporte de carga y distribución, quienes ahora tienen la categoría de conductor profesional.
Ello debe poner más en alerta a estos conductores pues los efectos incidirán en el empleo actual como otro futuro causando un impacto negativo en el ingreso a sus hogares.
Pero este esfuerzo legal debe ser debidamente informado a la población en genera. Para ello se requiere de una intensa campaña que despeje las dudas a todos los costarricenses sobre la diferencia en multas tradicionales y el nuevo esquema de puntos.
La educación vial es indispensable también en la consecución de estos objetivos. No debe soltarse la cultura de un adecuado manejo del volante e inculcar las obligaciones que todos tenemos no sólo como conductores, sino también como peatones para así evitar daños a terceros e incluso a nosotros mismos.
Se hace necesario que los costarricenses caminemos hacia una mayor conciencia del comportamiento en las calles, pues manejar es una gran responsabilidad que muchas veces no es considerada por muchos hasta que es muy tarde. ¡A reflexionar en ello!
