Amsterdam, (EFE) - La imagen del nuevo rey de Holanda, Guillermo Alejandro, al borde de las lágrimas y tomando el mando de la corona neerlandesa, tras la decisión de su madre, Beatriz de Orange de separarse del cargo, quedará grabada en la retina del mundo. Este fue investido rey de los Países Bajos en una ceremonia celebrada en la Nieuwe Kerk de Amsterdam, durante una sesión conjunta de los Estados Generales (parlamento).
"Querida madre, tomo el relevo del trono y te estoy agradecido, inmensamente por todos estos años", dijo en el balcón del palacio real a sus conciudadanos, escoltado por su madre y su esposa, la ya reina Máxima.
La historia del nuevo líder que engloba a Holanda, Aruba, Curaçao y Sint Maarten, es la de un príncipe que prefería no serlo, pero asumió su destino.
Desde este martes y junto a su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta, tiene el reto de mantener la credibilidad que su madre dio a la corona.
Nació el 27 de abril de 1967 como primogénito del matrimonio de Beatriz de Holanda y el aristócrata alemán Claus von Amsberg, es el primer monarca varón tras una dinastía de mujeres que se prolongó más de cien años.
A la ceremonia asistieron los miembros del consejo de ministros, el consejo de Estado, gobernadores y ministros de Aruba, Curaçao y Sint Maarten, incluido el actual primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte.
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Miércoles 01 Mayo, 2013
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