Los familiares de los fallecidos en un accidente acuático demandan en el Contencioso al Estado y al testigo que corroboró que lo sucedido fue un hecho de la naturaleza.
El 20 de octubre de 2018 cinco personas perdieron la vida mientras hacían un tour de rafting en el río Naranjo en Londres de Quepos, cuatro de ellos, turistas norteamericanos de origen cubano, y un guía costarricense.
Los extranjeros eran parte de un grupo de catorce personas, el cual se disponía a realizar una despedida de soltero. El viaje incluía: hospedaje, traslados desde el aeropuerto y de regreso a este mismo lugar.
En apariencia la fiesta se llevó a cabo en la segunda noche de su estancia en Costa Rica donde hubo gran cantidad de bebidas alcohólicas.
Fue al tercer día que los turistas se disponían a realizar el tour que motivó su viaje, el descenso por un río navegando en sus rápidos, práctica muy popular para los visitantes extranjeros ávidos de aventura y adrenalina. La excursión los llevó a Quepos y de ahí tomaron hacia la localidad de Londres.
Desde ese punto las personas subieron hasta la finca conocida como “Donde Moiso”, lo que sería su punto de partida. En la audiencia detallaron que, en determinado momento, empezó a llover fuertemente, incluso con rayería.
Los guías, al llegar, dijeron que todavía no podían salir, pues el río estaba un poco crecido y que no se veían las marcas que servían de parámetro a los expertos para verificar si el descenso era apto o no, además, debían esperar a que terminara la rayería. La lluvia se detuvo, el río bajó un poco y entonces iniciaron la travesía.
Habían pasado unos 10 o 15 minutos cuando las personas iniciaron la aventura de los rápidos mientras un lugareño vio pasar frente a él una cabeza de agua arrastrando todo tipo de material río abajo, por lo que trató de alcanzar al grupo por carretera, buscando el puente Londres, pero al llegar a este ya era muy tarde, pues la cabeza de agua había alcanzado al grupo que trataba de salir del agua.
La tragedia los alcanzó alrededor de unos 20 minutos después de haber salido, según narraron algunos testigos y no como aseguraron los turistas, que la emergencia inició en el primer rápido, por lo fuerte del cauce, entre 30 segundos y dos, tres o cinco minutos de haber salido a realizar el tour.
En las audiencias han participado los operadores de turismo identificados con los apellidos Ramírez y Vázquez. Por parte de los turistas personas de apellidos Brock, Beltrán, Hiebra y Castro.
Todos, los anteriormente mencionados, son testigos de cargo ofrecidos por Fiscalía y querellantes, incluyendo a un hombre de apellido Bejarano, dueño de “Donde Moiso”, quien es el que reafirma que la cabeza llegó de diez a quince minutos después de que habían salido las balsas. DIARIO EXTRA supo de forma extraoficial que parientes de las víctimas exigirían al Estado más de $20 millones.
PERIODISTA: Daniela Briceño
CRÉDITOS: Fotos: Cortesía /Archivo
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Martes 19 Marzo, 2024
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