¡Que viva el fútbol!

No podemos negar que el fútbol es el deporte rey y Costa Rica no escapa a esa realidad. Vivimos en un país futbolero que palpita al ritmo de la Selección Nacional, se trata del deporte que mueve fibras y desata pasiones.

Cada vez que la Tricolor sale al terreno de juego se encienden los focos de atención. Lo mismo ocurre cuando en la cancha se encuentran la Liga Deportiva Alajuelense y el Deportivo Saprissa, los equipos con más afición, o bien cuando se trata de una final nacional.

Este domingo se disputa uno de esos partidos. Se trata del primer juego de la final entre el Club Sport Herediano y la Liga Deportiva Alajuelense. Días atrás se empezó a hablar de estos clubes porque se enfrentaron en una serie a dos partidos, en la cual los florenses impusieron condiciones.

La manera en que ganó Herediano fue cuestionada por su rival. Se le criticó por perder tiempo en el segundo partido y tener una propuesta poco ofensiva; se le tachó de mezquino, pero eso se trata simplemente de un discurso porque se puede ver como una estrategia válida. Si no fuera así, no estaríamos hablando de este juego.

Dentro de la cancha sucederán muchas situaciones, no solo mañana, también el próximo sábado, cuando terminará de definirse este asunto, lo cual es entendible. Hay mucho en juego, es la graduación de alguno de los dos. Después de un semestre en el que pasaron por una serie de altibajos, ninguno quiere perder y por eso lucharán con todo.

Precisamente es eso lo que queremos ver, una lucha de poder a poder, de tú a tú, si se quiere una batalla campal por salir victorioso, pero es ahí donde está el meollo del asunto. No importa ver un juego de dientes apretados, de entrega absoluta y disputa en cada balón, siempre y cuando prevalezcan el respecto y el juego limpio.

Antes de que el balón empiece a rodar los actores deben hacer un acto de conciencia, recordar que son los protagonistas principales de un espectáculo por el cual cada aficionado está pagando no menos de ¢15 mil, por lo que es justo que muestren su mejor versión.

Al mismo tiempo los futbolistas deben entender que mucho de lo que hagan dentro del rectángulo de juego se trasladará a las gradas. Una buena actitud en la cancha puede repercutir en el público. Queremos una final disputada, peleada, fuerte, pero digna de recordar porque al final esto es un juego, uno gana y otro pierde, por eso hay que decirlo a viva voz: ¡que viva el fútbol!

Para los seguidores de ambas escuadras el mensaje también es directo. Hay una frase trillada, pero real que dice “el fútbol no da para tanto”. Vivimos en un país de chota, de molestar al amigo, al vecino o al familiar que apoya al equipo contrario, lo cual es muy válido, pero hasta ahí. La violencia en ningún termino está justificada y menos por un partido.

Mañana la gran mayoría vamos a estar pendientes de lo que suceda en el Eladio Rosabal Cordero, por eso la petición a los futbolistas es que hagan lo que saben, que muestren su talento y condiciones, mientras que a la afición se le pide que lo disfrute como le plazca, pero sin maltratar a nadie. Es fútbol, no hay que mancharlo. Recuperemos los estadios familiares y no olvidemos que hoy celebran unos y mañana otros.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Sábado 14 Diciembre, 2019

HORA: 12:00 AM