Marco Antonio Zamora Solórzano, conocido como “El Indio”, quien descuenta 70 años de cárcel por dos homicidios calificados, tráfico de drogas y asociación ilícita, rompió el silencio y conversó con DIARIO EXTRA desde Máxima Seguridad en la cárcel La Reforma.
En su momento fue calificado por el Organismo de Investigación Judicial como el traficante más poderoso del país y con tentáculos en toda la región, así como el responsable de varios asesinatos en Desamparados y La Unión, donde se desató una guerra entre su grupo y varios rivales que querían adueñarse de sus plazas.
Su estado físico lo hace ver tranquilo y muy diferente a como estaba el día de su detención, cuando para la sociedad era el capo de capos en Costa Rica, sin embargo asegura que la soledad y las condiciones en que vive lo han llevado a la depresión.
Tres oficiales de la Policía Penitenciaria lo sacaron esposado de pies y manos de su celda, así como con una cadena rodeándole la cintura, del encierro donde vive y permanecieron atentos a sus movimientos para que contestara las preguntas de El Diario del Pueblo.
¿Pensó ser como El Chapo Guzmán?
-Nunca. En Costa Rica jamás alguien podrá llegar a ser como él, yo simplemente era un traficantillo equivocado, luchando por salir adelante. No solo traficaba, sino que era un emprendedor.
¿La droga debe legalizarse?
-Si un joven vende marihuana en la esquina es un criminal, es la escoria humana, un destructor de familias, pero si mañana la legalizan y ese joven paga impuestos es un señor empresario, un salvavidas.
¿Qué piensa de la guerra narco que se libra en el país?
-Siempre ha existido el narcotráfico, pero no estamos en Colombia ni en México, y Costa Rica es manipulado al 100% por Estados Unidos. Las guerras no se darán. La prensa le mete a la ciudadanía novelas narco, la juventud ve eso y le encanta, igual que el guaro. Alborotaron el panal diciendo que yo ganaba ¢30 millones por semana, volvieron locos a todos en un país donde reinan la desigualdad, el desempleo y la pobreza. Ese camino solo dolor les deja, no hay premio alguno. No todos los muertos son por narco, la policía se los tira al narco porque el pueblo es lo que más cree.
Cuanto muerto había en el sur de la capital por narcotráfico decían que usted mandó matarlos. ¿Es cierto?
-No me levantaron un cargo más por homicidio, la Fiscalía usó a la prensa con el circo que me montaron para sentenciarme. No soy ningún asesino, ni tengo el poder que ellos les hacen creer a ustedes.
Las autoridades lo catalogan un capo. ¿Usted se considera así?
-Según el OIJ y la Fiscalía, soy el artista principal de un show mediático que me montaron, usando a los medios de comunicación para darle atol con el dedo al país y salir de un momento crítico que estaban pasando esas instituciones. No soy ningún capo.
¿Ha pensado en fugarse?
-Nunca me ha pasado eso por la mente. Lo que pasa es que Pablo Bertozzi y su grupo especial de inteligencia penitenciaria se suben en el bus para hacer la fábula que me montó la Fiscalía para hacerme daño. No existe un indicio o actitud mía que les diga que me voy a fugar. Él (Bertozzi) dice que me cuida y me tiene aquí torturado.
Dicen que usted tenía un imperio de drogas que sobornaba a policías. ¿Es cierto?
-Eso es parte de una narconovela que formaron la Fiscalía y el OIJ para sentenciarme y dizque venderles tranquilidad a los ciudadanos. Un capo que tenga dinero jamás lo tendrían ocho años en Máxima Seguridad.
¿Qué es lo más feo que ha vivido tras las rejas?
-Sin ninguna duda han sido el asesinato de mi hermano Juan Carlos y el de mi hijo.
¿Cómo ha sido estar en prisión?
-Tengo ocho años en Máxima Seguridad, cinco años y siete meses estuve en un calabozo individual. Ha sido torturante, me violan los derechos, ha sido un tiempo difícil.
¿Qué opina de su captura?
-No soy un santo. Lo que no estuvo correcto fue que el Tribunal de Pavas cediera a la presión de la prensa, no viera las pruebas que presentamos y me sentenciara para darle gusto a la ciudadanía y salvar al OIJ y la Fiscalía de la crisis que atravesaban.
¿Cómo está su salud?
-He tenido mis tiempos complicados. En Máxima Seguridad lo que lo acompaña y no se separa de uno es el sedentarismo, la depresión y la soledad, eso enferma. Me han llevado dos veces al Psiquiátrico. Cualquiera desordena los pensamientos en el peor lugar de Costa Rica.
¿Con quién comparte celda?
-Con mi hermano José y dos jóvenes de Limón.
¿Duerme bien?
-Cuando te tienen viviendo incómodo y sin oportunidades de ser un privado de libertad normal, con aspiraciones a superación, hay días que no se duerme bien.
¿Cómo se distrae en un día encerrado?
-Hago oficio en la celda y ejercicio, leo libros positivos y la Biblia. Extraño la libertad y mi familia, extraño todo.
¿Tiene amigos en la cárcel?
-Por supuesto que tengo y también afuera. Gracias a Dios no me han abandonado y me han ayudado en momentos muy críticos.
¿Cómo celebrará la Navidad?
-Aquí no se celebra, al menos en este ámbito, donde te prohíben respirar ese aire de paz, unión familiar y alegría.
¿Se arrepiente de algo?
-Claro que sí, de no ponerle interés a Dios, de no haber entregado tiempo a mi familia, de no guiar a mis hijos. El sufrimiento me ha hecho reflexionar.
¿En algún momento pensó que iban a detenerlo?
-Uno está expuesto cuando no anda haciendo lo correcto, de esa manera tan arbitraria no.
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CRÉDITOS: Fotos: Cristian Cartín
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Jueves 28 Noviembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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