Domingo 19, Mayo 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Nacionales

Ticos desprecian cogidas de café

Migrantes sacan adelante la cosecha nacional

  • La realidad es que los migrantes son quienes viven y trabajan en los cafetales.

  • El grano de oro ya no es la herramienta del desarrollo nacional.

La imagen del agricultor costarricense en su casita azul con blanco dedicado a las labores de cosecha del grano de oro permanecerá en el recuerdo porque los ticos desprecian las cogidas de café y es gracias a los migrantes que se saca adelante la recolecta.

Ese grano que durante la segunda mitad del siglo XIX y parte del XX sacó adelante la economía costarricense -estableciendo incluso la clase social dominante- dejó de ser la herramienta de desarrollo de los nacionales y la aprovechan los extranjeros, específicamente nicaragüenses y panameños.

Así lo evidencia el documental “Café de temporada”, de la joven cineasta María Laura Santos, que por 13 minutos describe la realidad que se vive hoy en las distintas fincas donde la gran mayoría de trabajadores son pinoleros tanto residentes como aquellos que vienen en tiempos de cosecha.

Son esas personas quienes ayudan a desarrollar la actividad de un producto que todavía hoy aparece entre los más exportados. Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) apuntan que las exportaciones de café registraron valores superiores a los $305 millones durante 2018.

DIARIO EXTRA estuvo en el lanzamiento del videoclip, que entre otros temas evidencia las condiciones en que viven los niños y sus familias dentro de los cafetales, donde muchas personas no cuentan con garantías laborales mínimas. 

Según el Instituto del Café de Costa Rica (Icafe), los recolectores nicaragüenses en nuestro país son el 39,5% del total, pero solo el 12,8% ejerce labores con algún tipo de seguro o garantía. 

“Las personas podrían concluir tras observar el cortometraje que en efecto hay condiciones precarias en las cuales se están desarrollando las labores de los cafetales, aunque como artista no tengo la capacidad para juzgar la realidad de ellas y qué se debería o no hacer, pero el documental enseña de forma objetiva la realidad, tanto los aspectos negativos como positivos y es la audiencia la que finalmente extrae las conclusiones”, manifestó Santos.

Otra de las temáticas de la obra es justamente los movimientos migratorios temporales de quienes vienen a ejercer una labor en el campo, las cuales los nacionales desprecian.

“Una escena que extraje fue la de los adultos conversando a la hora del desayuno, por ejemplo hablando de qué pasa si los agarra la policía, además del peligro que se vive en la zona fronteriza. Al final de cuentas ellos están trabajando ilegalmente en Costa Rica y eso trae mucho estrés, los niños no se dan cuenta de esta realidad, viven en una especie de mundo paralelo; pero es interesante observar que dentro de todo esto los padres sí están preocupados y constituye un tema de conversación entre los adultos”, añadió.

 

ADIÓS AL ROMANTICISMO

 

El Periódico del Pueblo conversó con la cineasta María Lourdes Cortés, quien también estuvo en el estreno.

Adujo que desde el arte se cuentan los efectos que las migraciones tienen en el desarrollo de actividades agrícolas.

Explicó que, si bien el cine costarricense trató en distintas oportunidades el fenómeno, principalmente de Nicaragua a Costa Rica, la última realización data de 2010.

Para la experta el cine puede enseñar mucho sobre los flujos migratorios. “Ese lugar en el imaginario tico y en su identidad del campesino con chonete que tiene un cafetal se perdió. Aquello que conversamos como lo más costarricense está ahora en manos de nicaragüenses migrantes porque dentro de los cafetales juegan y trabajan ellos, una realidad que pasó desapercibida y este documental viene a evidenciar. 

El cine a nivel centroamericano documentó en varias ocasiones los caminos y los desplazamientos que van de Nicaragua a Costa Rica y posteriormente cómo viven, se reúnen y conviven dentro de la sociedad”, expresó.

Para muestra de lo anterior bastan una serie de datos sobre la convocatoria para recolección de cultivos que realizaron el Ministerio de Trabajo, el de Agricultura y Ganadería en conjunto con la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria. 

Los números indican que a pesar de existir 40 mil puestos disponibles, de los cuales 30 mil eran para la cosecha de café, tan solo 485 se apersonaron como lo informó DIARIO EXTRA, cuando eran plazas para costarricenses o extranjeros en condición regular.

Este rotativo consultó a los representantes de la Cámara, quienes sostienen que ante esta situación quedan imposibilitados para cubrir las plazas.

“En los requisitos el ministerio pidió que los candidatos fueran costarricenses, pero desde hace bastante tiempo los ticos no quieren trabajar en agricultura, entonces todos esos puestos vienen siendo llenados por extranjeros que muchas veces vienen de forma temporal para la época de recolección de cosechas”, manifestó Óscar Arias Moreira, miembro de la Cámara que además coordinó esfuerzos con las autoridades para acelerar estos procesos.

 

¿COSTARRICENSES VAGOS
PARA LA AGRICULTURA?

 

Podría considerarse que en tiempos donde el desempleo a nivel nacional alcanza cifras del 11,9% la negativa de nuestros coterráneos por volver a la tierra es una muestra de desidia o vagancia.

Tanto para Cortés como para el sociólogo Francisco Barahona no es tan así, sino que es reflejo de los cambios que sufre la sociedad.

“Estos avances los vemos también desde el cine que se viene desarrollando, donde antes la figura del cafetalero era tan preponderante, pero las nuevas producciones se abocan a la tecnología, la ciudad, los puertos y en un aspecto un tanto más negativo al narcotráfico, eso se ve en el cine costarricense. Este documental me muestra un cambio en los patrones que sabíamos existía, pero del que estábamos apegados donde el café era el centro”, apuntó la productora.

Barahona manifiesta que sí hay muchísimos costarricenses que se dedican al cultivo y cosecha del café en las fincas pequeñas y medianas, no tanto como antes porque tenemos flujos migratorios.

“En el fenómeno de la urbanización de la meseta central, de las ciudades capitales de provincia donde en efecto se redujo el número de personas que laboran en la recolección del café, hay un cambio sociológico y económico importante donde como es usual al ser trabajos temporales los costarricenses buscan otros espacios más permanentes”, agregó.

Asegura que el tico no es vago, sino que los cambios de coyuntura ubican a la gente que está trabajando, estudiando o prefiere otro oficio, por lo cual no existe un nuevo voluntariado.

Además de ser labores que sociológica y económicamente han venido a menos. Esa es la razón por la cual los migrantes ganan terreno.

PERIODISTA:

EMAIL:

Jueves 03 Octubre, 2019

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA