Lunes 06, Mayo 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

El fútbol no debe dar para tanto

EDITORIAL

Hace días se viene hablando en los medios de comunicación de un hecho que de solo pensarlo resulta bochornoso: un grupo de adultos le gritó insultos racistas al hermanito de un futbolista que hoy se desempeña en uno de los equipos grandes del país.

Aquí suceden varias situaciones repudiables, como la gravedad de que un grupo de adultos se meta con un niño que no tiene ni arte ni parte en los problemas de su hermano, si es que efectivamente existieran. De igual forma, ni el fútbol ni ningún otro deporte puede dar para tanto; ¿cómo es posible que crucifiquen a una persona por un error del pasado?

Se comprende que en un país tan pequeño con tantos equipos de fútbol no todos vamos a apoyar al mismo, sin embargo, el que vayamos con colores diferentes no tiene por qué hacernos enemigos, ni mucho menos eso se presta para hechos tan penosos como agredir a un pequeño, aunque sea de palabra.

Definitivamente la política y el fútbol están sacando lo peor de los seres humanos, como ejemplos, citamos la pasada campaña de cara a las elecciones y los últimos incidentes cuando se han visto en peligro las vidas de muchas personas relacionadas con las barras de los equipos.

Tampoco puede dejar de reflexionarse si este es el ejemplo que queremos dar a nuestros hijos. Los pequeños que van a los escenarios donde se practica un deporte crecerán entonces pensando que tienen carta abierta para emular este comportamiento en los mismos recintos o lo llevarán hasta los centros educativos. 

Porque ellos podrían ver bien hacer sentir mal a las personas gritándoles insultos por su color de piel, por sus diferencias religiosas, de pensamiento, de preferencias y hasta de colores de equipo. Deberíamos poner las barbas en remojo y darnos cuenta de que no estamos haciendo nada bien enseñándoles este tipo de comportamientos a los más pequeños de la casa. 

Los insultos no deberían de darse en ningún escenario donde se esté practicando un deporte, más bien tendrían que convertirse en recintos donde tanto niños como adultos disfruten y aprendan de la sana competencia. 

Y bien hecho estuvo que el réferi detuviera el partido hasta que los adultos involucrados cesaran su mal comportamiento, aun cuando hubiera sido mejor que, como escarmiento, los sacaran del lugar, en especial porque si muchos se quejan de que esto no se puede dar en los partidos de la Primera División, mucho menos debe ocurrir en un clásico infantil.

Se supone que estos encuentros sirven para enseñar a los participantes y asistentes acerca de la sana competencia, el hecho de que no importa ganar o perder sino aprender a practicar un deporte que les permita optimizar la disciplina, el compañerismo, pero sobre todo el juego limpio. De nada nos sirve creernos exitosos si todos nuestros logros se basan en la ausencia de valores.

Pensemos muy bien antes de actuar. Ninguna persona, independientemente de su edad, su condición social o educación, puede sentirse con derecho a insultar a otra, mucho menos de hacer llorar a un pequeño de tan solo 10 años. No hay derecho de romperle el corazón a ningún niño, menos por un tema de adultos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Miércoles 18 Septiembre, 2019

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA