Las autoridades piden que modernice la legislación nacional para regular adecuadamente la actividad que realizan autobuses que ofrecen recorridos por bares y grandes fiestas en sus interiores durante varias horas.
Según señalan, en la actualidad dichos automotores casi que funcionan a la libre, mientras que los representantes de la ley están atados de manos por lo que indican que el cambio es muy importante.
Basta con ingresar a Facebook para encontrar varias opciones de este servicio de transporte público, para cumpleaños, despedidas de soltero o simplemente para un grupo de amigos.
En estos recorridos se ofrecen luces, música y bebidas alcohólicas dentro del vehículo, en los que se supone que no deben tampoco de estar menores de edad, pero también se han detectado.
Marcelo Solano, director de la Policía Municipal de San José, reconoció que prácticamente no existe una regulación adecuada que obligue a esta clase de servicios a cumplir con lo que se le pide a un bar por ejemplo.
“Se han intentado regular desde la Policía Municipal de Tránsito o de la Policía de Tránsito del MOPT, pero por mal estacionamiento o en el contexto de los megaoperativos para verificar que los menores de edad no estén consumiendo alcohol”, comentó Solano.
A pesar de estas acciones, la carencia de una regulación para la actividad que efectúan estos buses, que funcionan casi como un bar en su interior, es una traba para que los oficiales de tránsito y municipales puedan tomar acciones.
“Estos buses no tienen licencia municipal, aunque es un tema que se ha intentado impulsar, en virtud de que hay consumo de bebidas dentro de la unidad, pero la realidad es que no lo tienen y funcionan con un permiso especial del MOPT”, señaló Solano.
En este tema hay un portillo abierto y es que la manera en la que operan es que los empresarios del servicio de autobús no venden licor, sino que en el momento que cobran la tarifa del pasaje las bebidas son de cortesía.
“Ellos venden un tiquete para hacer el recorrido por diferentes puntos de concentraciones de bares y este incluye, en algunos casos incluso ilimitado, el consumo de bebidas alcohólicas, de tal manera que cuando queremos determinar la legalidad de la actividad comercial nos encontramos que son bebidas de cortesía”, detalló Solano.
Ante este panorama, a lo más que se exponen es a multas por mal estacionamiento, como ya se ha dado en Avenida Segunda y Barrio Escalante, por lo que se les baja las placas, pero no hay mayores sanciones que lo establecido en la Ley de Tránsito.
SERVICIO TEMPORAL
El ente encargado en el país de dar los permisos para que un bus pueda trabajar es el Consejo de Transporte Público (CTP), su director ejecutivo, Manuel Vega, reconoció lo débil de la ley que en la actualidad los respalda.
“Este tipo de servicios cae en una categoría que se denomina ocasional, que se da hasta por un mes para dar servicios muy puntuales que podrían estarlo utilizando para llevar gente de bar en bar”, explicó Vega.
En cuanto al licor, la música, las luces, eso no es competencia del Consejo, que solo se encarga de entregar el permiso, por ejemplo para una excursión y se da por un mes.
Tampoco existe una regulación en cuanto a la tarifa, por lo que no hay forma de dejar en evidencia que las bebidas de cortesía no son tal cosa, sino que se cobran en ese pasaje que pagaron los pasajeros.
“Al no haber una tarifa autorizada por la Aresep, queda a discreción lo que se acuerda entre el usuario y el que brinda el usuario lo que se le cobra”, agregó Vega.
Para obtener un permiso de estos, basta con tener Riteve, que la unidad cuente con los asientos estipulados, que el chofer tenga código y tener las pólizas al día.
“En esta administración hemos sido reacios en otorgar este tipo de permisos, porque lo piden para evitar sacar el específico y terminan haciendo lo que les da la gana”, enfatizó Vega.
Tanto Vega como Solano coincidieron en que es necesario que se dé una reforma a las leyes para que este tipo de servicios queden regulados adecuadamente y pueda garantizarse que se brinda de la mejor manera.
“La actividad puede permitirse en el tanto tenga una regulación más estricta, que haya una garantía que no hay menores de edad, que respete los niveles de decibeles establecidos, que los puntos de estacionamiento estén autorizados y que las municipalidades reciban lo que corresponde por la licencia para la venta de licores”, puntualizó Solano.
Mientras que Vega dijo: “yo pensaría en un permiso de eventos especiales, pero que lo tengamos con claridad de qué se trata y que sea para el evento. Para eso es necesario un decreto que sería diferente. Pero no podemos dejarlos por la libre”.
Lo cierto del caso es que quienes contraten estos servicios deben verificar que al menos tengan ese permiso ocasional para tener una garantía de que tienen lo básico.
