Las megafiestas están fuera de control

EDITORIAL

En los tiempos de antes la gran aventura de los jóvenes era ir a las fiestas de su pueblo a verse con el muchacho o la muchacha que les gustaba y pegarse unos besillos.

Lastimosamente las travesuras han ido en aumento con respecto a lo que pasaba hace muchos años, ahora los menores tienden a ponerse de acuerdo desde que tienen muy corta edad para irse de fiesta.

Lo malo es que ya no son esas pachangas inocentes donde lo peor que hacían era jugar la botella para ver a quién se apretaban. En la actualidad esas reuniones están cargadas de drogas lícitas e ilícitas.

Al parecer las situaciones se les salen de las manos a los padres y encargados. Muchos por sus múltiples ocupaciones se conforman con darles cosas materiales y dinero a sus hijos sin pensar en lo que van a hacer.

Todo termina en que, por moda, por llamar la atención y en otros tantos casos hasta por ignorancia terminan consumiendo licor y drogas como la marihuana, la cocaína, éxtasis, hongos, cristal y el LSD.

Antes conseguir este tipo de sustancias era muy complicado porque había que frecuentar lugares solitarios y peligrosos, sin embargo los distribuidores modernos aprovechan las megafiestas para venderlas como si se tratara de confites.

Además aprovechan la gran cantidad de bebidas espirituosas con sabores frutales que no dejan tanto olor.

Lo preocupante es que según las autoridades cada vez empiezan a tomar a edades más tempranas. Se tiene registrada que bajó a los 13 años, es decir en el primer año de colegio.

El Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia manifestó que este tipo de eventos son el primer acercamiento que tiene la juventud con las drogas, que no solo les afecta su estado de ánimo sino que los pueden llevar a la muerte.

El problema es que cuando uno pensaba que lo había visto todo se da cuenta de que no es así. Ahora en las calles se ve a varias personas consumiendo como si estuvieran en la sala de su casa, a vista y paciencia de la gente.

Nos preguntamos: ¿Ese es el ejemplo que se le quiere dar a la niñez y juventud? ¿Les inculcamos que andar con un puro de marihuana en la boca y tirando ese olor es muy cool? Como decimos los ticos: ¡Nada que ver!

Esta situación hace que los muchachos piensen que esto es lo normal y no es así. Los estupefacientes siguen siendo ilegales y como tal no deben ser consumidos a la libre.

Cada quien está en su derecho de usar lo que quiera, siempre y cuando no afecte a terceros. Qué bonito, mucha gente les hace el feo a los que andan fumando cigarrillos normales y tirando humo, pero ¿debemos aguantarnos al que anda con marihuana?

Aunque muchos lo vean como la gran gracia, no tenemos por qué darles a entender a los menores que el consumo de drogas los hace verse bien o ser interesantes.

En tiempos de nuestros abuelos, usar estupefacientes era algo poco usual, un motivo por el que incluso muchos padres de familia echaban a sus hijos de la casa.

Además, era un tema satanizado, quien consumía se exponía al escarnio público, por lo cual casi todos lo hacían a escondidas.

Sin embargo, en muchos países la marihuana se volvió legal, lo que provoca que los consumidores ticos sin descaro enciendan el puro en los parques, paradas y lugares de recreo.

Estas estadísticas y llamadas de atención por parte de las autoridades deben ser un jalón de orejas para los padres que les dan plata a sus hijos sin tener certeza en qué la gastan.

También, ojo, hay algunos que ni siquiera saben qué sitios visitan sus retoños en redes sociales y peor aún con quiénes se relacionan.

Como jefes de hogar tenemos el deber de guiar a nuestros muchachos, inculcarles valores que les permitan discernir entre lo correcto y lo incorrecto.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Miércoles 06 Marzo, 2019

HORA: 12:00 AM