Los rebajos no son cosa de juego

Editorial

Uno trabaja por un sueldo, pocas personas lo hacen por hobbie, y si se sufre algún rebajo salarial, lo lógico es ir a consultar con el jefe por qué se presentó. Pero si la deducción fue a miles de empleados sin ningún motivo, algo raro sucedió.

El pasado jueves fuimos testigos del intento de estafa contra 12.900 empleados públicos, quienes se llevaron una sorpresa desagradable al revisar sus colillas que señalaban los rebajos misteriosos de ¢5.900.

El total que se dedujo fue ¢75.850.400 (setenta y cinco millones, ochocientos cincuenta mil cuatrocientos), suma nada despreciable en estos tiempos.

Los funcionarios más afectados fueron los representantes de los ministerios de Seguridad Pública, de Educación Pública (MEP) y Hacienda. Imagínese que le quiten parte del salario y nadie dé explicaciones.

Hacienda reconoció que cuatro colaboradores de la Tesorería Nacional se encargaron de entregar los códigos para aplicar las rebajas masivas en las planillas del Gobierno Central.

Ante este escenario nos entra una gran duda: ¿cualquier persona puede ir a pedir un código de estos sin que medie una investigación de que efectivamente se ofrezca un bien o servicio por el cual una empresa realizará un cobro?

Fue la Cooperativa de Producción Agropecuaria y Servicios Múltiples de Pocora R.L. (Cooproaserpo R.L.) la involucrada en el aparente “error” que desató un dolor de cabeza a las autoridades hacendarias.

Lo más raro es que todo mundo estaba muy calladito con el tema y hasta que muchos de los afectados se acercaron a denunciar por fraude una persona cercana a la cooperativa dijo esta boca es mía.

Se pidió que no aplicaran el pago, que todo fue un error. Nos cuestionamos si todo este despelote no se hubiera armado, ¿dónde estaría el dinero o en manos de quién?

¿Cómo es posible que la cooperativa haya procedido a rebajar la plata cuando ninguno de los ofendidos pertenece a esa organización? Falta orden y fiscalización certera por parte de la Tesorería Nacional para actuar en periodos de crisis.

El rebajo aparece en medio de la polémica porque se desconoce a ciencia cierta si esa empresa realiza una actividad comprobable que obligara a proceder con las deducciones salariales, tal como lo denunció el Instituto de Fomento Cooperativo (Infocoop).

Cuando una cooperativa o sindicato procede a solicitar formalmente al Ministerio de Hacienda el rebajo de algún rubro envía los datos correspondientes y firma un “Convenio para la Deducción a Salarios y Pensiones.

Entre las interrogantes que quedan en el aire está cómo una compañía de peones agrícolas consiguió acceder a una base de datos de 12 mil empleados del sector público.

Otra duda. ¿Cómo una cooperativa con 7 años y 34 asociados alcanza obtener por razones desconocidas 12.000 trabajadores? Dicho número es posible para una entidad grande. Solo el tiempo dirá qué pasó.

Si Hacienda no es capaz de dar las respuestas, imagínese el caos con que está manejada la institución a lo interno.

La cooperativa aceptó el error. ¿El caso se queda hasta ahí? No debería. La Tesorería Nacional deberá realizar una investigación exhaustiva para esclarecer por qué la gente sufrió esas deducciones y si la cooperativa merece continuar teniendo un código de este tipo.

Hacienda tiene que prestar más atención a quien le asigna el código y establecer una fiscalización pertinente para determinar si de verdad está en funcionamiento.

A como se produjo esa situación no se puede descartar que a futuro haya rebajos que comprometan los pagos a tiempo de la cartera hacendaria.

Por “errores” como este puede desestabilizarse aún más la compleja situación por la que atraviesan las finanzas públicas en Costa Rica.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 18 Febrero, 2019

HORA: 12:00 AM