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Opinión

En defensa de los principios pacifistas y democráticos de Costa Rica

José María Villalta Flórez-Estrada

Antes de defender a cualquier líder o gobierno, Costa Rica se ha caracterizado por priorizar el diálogo, la negociación y las soluciones pacíficas a los conflictos. Esta no es la salida que ofrecen Donald Trump, Jair Bolsonaro e Iván Duque a la crisis en Venezuela.

Independientemente de las críticas que uno pueda tener al Gobierno de Nicolás Maduro, es evidente -como lo señalan y lo hacen ver manifestaciones más equilibradas de otros países como España, Francia, Italia, Portugal y Holanda, que llaman a facilitar un diálogo entre las autoridades de Venezuela y la oposición- que la moción que se votó en la Asamblea Legislativa no contribuye a un diálogo pacífico, a una solución concertada del conflicto en Venezuela y ejerce un intervencionismo desmedido que no es conteste con el derecho internacional y los tratados que el país ha firmado.

Costa Rica no debería sumarse, no debería sumarse a esa escalada que podría llevar a una tragedia humana mucho mayor, porque las guerras sabemos cómo empiezan, pero no sabemos cómo terminan.

En los convulsos años ochenta en Centroamérica, Costa Rica emitió la Proclama de Neutralidad Activa, Perpetua y No Armada; apoyó los esfuerzos del Grupo de Contadora y luego las negociaciones de paz que llevaron a la firma de los Acuerdos de Esquipulas, que pusieron fin a las guerras, a los enfrentamientos armados y al intervencionismo norteamericano, abriendo las puertas a gobiernos democráticos en el marco de negociaciones internas.

Todavía hay tiempo para rectificar. Volver a los principios históricos de la política exterior costarricense. Neutralidad perpetua, activa y no armada. 

Cumplir con los deberes de la neutralidad tal y como quedaron plasmados por el presidente Luis Alberto Monge en 1983: “Nos comprometemos a no iniciar ninguna guerra: a no hacer uso de la fuerza, incluyendo cualquier amenaza o represalia militar; a no participar en una guerra entre terceros Estados… a practicar una política exterior de neutralidad a fin de no involucrarnos real o aparentemente en ningún conflicto bélico. Más aún nos comprometemos a extender nuestros deberes de Estado perpetuamente neutral a los conflictos armados dentro de los Estados”.

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Jueves 07 Febrero, 2019

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