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Sucesos

Primer secuestro en C.R. daba recompensa de ¢500

Familia de víctima perdonó a captora, Heredia

  • DIARIO EXTRA escuchó a la protagonista del primer secuestro en la historia del país. La acompaña una de sus hijas.

  • Doña María de los Ángeles rememoró el episodio más gris de su vida para El Diario del Pueblo.

  • La secuestradora rindió testimonio ante la justicia, que la condenó a 2 años de prisión, pese a la negativa de la familia de la víctima.

  • Una plana dedicó el diario a la noticia del secuestro de una bebé de 1 año y 2 meses.

La primera mujer que fue secuestrada en nuestro país habló del 10 de abril de 1944, cuando la empleada de su familia la secuestró para venderla a un estadounidense que trabajaba en la construcción de la carretera Interamericana Sur.

María Borbón recibió a un equipo de DIARIO EXTRA en su vivienda, ubicada en el barrio Corazón de Jesús, Heredia, donde amplió detalles sobre ese episodio que la marcó para siempre cuando apenas tenía 1 año y 2 meses.

“La empleada me mantuvo retenida ocho días. Ella trabajaba en la casa, ese día me llevó a asolear, pasaron las horas y nadie sabía del paradero de nosotras, entonces mamá y papá me fueron a buscar donde mis familiares y nadie sabía nada de mí, por lo que dieron aviso a la policía.

La mujer secuestradora tenía dos nombres, era costarricense y tenía dos meses de trabajar como empleada de mis papás, ya que mi mamá era maestra y estaba embarazada. La habían contratado para que me cuidara, pero se aprovechó de la confianza”, recordó.

Borbón agregó que como era el primer secuestro la gente se preocupó mucho, hicieron muchas oraciones por mí.

“Fui a pagar varias promesas con gente que me decía que debía ir con ellos. Como era el primer caso el gobierno puso carros a los investigadores. Un periódico en esa época sacó mi foto de bebé, en el transcurso de esos días la gente me buscaba por todo lado.

El jefe de la construcción de la carretera, donde trabajaba mucho gringo, llegó a la casa de mis papás asegurando que había visto una chiquita blanca con una señora morena, los peones le gritaron que no era hija de ella y dijo que su esposo era gringo”, agregó.

 

MUJER ENCANTADORA

 

Borbón con buen ánimo indicó que cuando el constructor de la carretera vio el periódico reconoció a la mujer y dijo que era la misma persona a quien vieron con la bebé.

“De inmediato dio la referencia de dónde me tenían y la policía con dos tíos míos llegaron casi a la frontera con Panamá, ya que estaba a punto de cruzar, donde me iba a vender para viajar a México, lugar donde quería irse.

Ese salvador se llama Adán Sánchez Espinoza, quien rechazó la recompensa que había hecho el Patronato, que era de ¢500. Me tenían en el último ranchito, en buen estado físico, pero con algún malestar, ya que traía un mecate amarrado en mi cintura que tenía marcado”, narró. 

Borbón está muy agradecida con las maestras de Aserrí, donde le hicieron una bienvenida, inclusive hasta un arco le confeccionaron.

“Querían asearme y les pidieron permiso a los oficiales para hacerlo, ellos no accedieron, pero sí dejaron que me cortaran el mecate. Mis padres y el resto de mi familia casi se vuelven locos, mi abuelita se vino de rodillas desde la casa en Heredia hasta la parroquia.

La gente llegaba a la casa para verme y me tenían que sacar. No supe en cuánto me iban a vender. La secuestradora llegó a La Sabana, donde funcionaba el aeropuerto, lugar donde había acordado de verse con el gringo, pero el avión se había ido”, rememoró.

 

PERIÓDICO SIRVIÓ

 

Borbón manifestó que como la noticia de su rapto circulaba en el diario y la radio, la secuestradora buscó otra alternativa.

“Cogió la línea del tren para buscar salir del país en zonas no pobladas, únicamente me quería vender. Mis padres me habían puesto Nuria y el sacerdote les dijo a mis padres que ese no era un buen nombre, por lo que me pusieron Miriam. Mamá dijo ‘está bien’, pero me decía Nuria. Al final quedé María de los Ángeles. 

A mis hijos no les conté mientras fueron niños, quise olvidar eso. Desde el momento que aparecí hasta los 6 años anduve con hábito y nos fuimos a vivir a Guanacaste, donde los chiquitos preguntaban el motivo por el cual andaba ese vestido. Yo no sabía que era un hábito, luego mi madre me dijo que me explicaría cuando le preguntara el motivo”, comentó.

La secuestrada agregó que a los 16 años dejó Heredia para instalarse en San José.

“La persona que hizo eso seguro no estaba bien de la cabeza, nunca la juzgué. Mamá y papá nunca pidieron nada contra ella, la justicia la castigó 2 años, luego no volví a saber nada de ella. Supe que vivía en un lugar lejano, no me gustaría conocerla. La perdono, era muy joven, tenía como 34 años.

El vestidito que andaba el día que me secuestraron me lo había quitado, llegué con lo que le decíamos antes combinación y descalza. El doctor y presidente en ese entonces, Calderón Guardia, llegó a mi casa y con pinzas me sacó las piedras que traía incrustadas en las plantas de los pies”, relató.

La primera secuestrada en la historia costarricense dijo que tenía un tío que no podía verla porque empezaba a llorar y la hacía recordar ese episodio de nuevo.

La secuestradora falleció, al igual que Sánchez Espinoza, quien rechazó la recompensa tras aportar información sobre el paradero de Borbón.

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Fotos: Isaac Villalta

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Miércoles 16 Enero, 2019

HORA: 12:00 AM

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