Para la mayoría de las personas, es difícil perdonar a quienes nos han hecho daño. Tradicionalmente la religión ha promovido el perdón como un acto de compasión, tolerancia, bondad y humildad, y ciertamente lo es.
Pero en la actualidad, ¿para qué nos puede ayudar la práctica del perdón?
*El perdón tiene un potencial de sanación del alma y del cuerpo. Nos hace mirar al otro desde una perspectiva diferente y ser parte de la situación sin tener que juzgar el bien y el mal; sino más todos somos actores de un proceso donde a veces nuestra falta de amor con nosotros mismos y los demás nos hace cometer acciones que provocan sufrimiento. Nadie está excluido de cometer errores.
*El perdón, para que sea real, debe ser fruto del amor incondicional a la vida y a todos los seres humanos. Para ello no se puede juzgar a unos y otros como buenos y malos. Todos tenemos el potencial de bondad y maldad en nuestro interior y muchas veces las circunstancias que vivimos disparan nuestra conducta en una dirección que no nos permite recibir ni expresar bondad o amor.
*Cuando culpamos a los demás y los señalamos con el dedo acusador, debemos recordar que señalar en otra dirección no excluye que dentro de nosotros tengamos algún problema que requiere nuestro perdón.
*La vida está llena de significado y motivada por el amor, por ello podemos comprender que no es la maldad lo que prima en nuestros actos y que hasta un error puede provocar algo positivo en nuestro crecimiento personal.
*Nosotros los seres humanos somos imperfectos y pese a ello somos perfectibles, cada día aprendemos desde nuestra imperfección al aceptar la vida con todo lo que trae y eso posibilita resurgir de nuestros errores.
*El perdón verdadero tiene una vibración energética positiva que nos devuelve la alegría y nos libera de la culpa. Ya no es necesario juzgar ni ser víctimas del proceso, solo aceptar que la vida nos enseña a través de los demás.
*El perdón requiere tener la voluntad de perdonar y de remitir la situación a un poder superior capaz de ayudarnos a superar esa situación y seguir adelante. El perdón no nace del esfuerzo o la obligación sino más bien de una disposición de vivenciarlo desde el amor.
El perdón es liberar la energía que antes se consumía en tener rencores y guardar resentimientos y encausarla, dándole un mejor uso para comprender y aceptar a las demás personas y a nosotros mismos.
*Terapia sistémica, constelaciones familiares y organizacionales.
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PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 17 Diciembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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