Esta lucha no debe ser de un día

Editorial

Entre las fechas especiales que se conmemoran en este penúltimo mes destaca el Día de la No Violencia en contra de las mujeres, que se celebra el 25 de noviembre. Sin embargo, debería celebrarse por lo menos una vez al mes, para ver si muchos recuerdan, como suele decirse, que a las féminas no se les toca ni con el pétalo de una rosa.

Con motivo de esta fecha, el Instituto Nacional de las Mujeres está convocando para una marcha que se llevará a cabo el próximo 23 de noviembre, actividad a la cual deberíamos de asistir todos los que consideramos que este país aún está a tiempo de hacer frente a la escala de femicidios y todos los tipos de violencia que viven algunas féminas en Costa Rica.

Ese día todos y todas, en una sola voz, tenemos que aunar fuerzas por aquellas mujeres que han fallecido producto de los maltratos de sus familiares o parejas, pues ellas son las mártires por los que ahora se emprende la lucha.

Esto en especial luego de ver los últimos casos que se han dado en el país, donde muchas mujeres han muerto a causa de la agresión de su pareja, un hombre que le llevaba muchos años y que perdió la cabeza producto de una supuesta infidelidad, este es el principal detonante de los asesinatos de este tipo, que también dejan huérfanos a muchos niños.

Ante situaciones de esta índole no podemos volver la cara para ilusoriamente no darnos cuenta de que Costa Rica está en deuda, en especial las autoridades que tienen a su cargo el velar por el bienestar de sus habitantes.

Resulta increíble que todas estas señoras, señoritas, madres de familia, hijas o como quiera designárseles hayan sido víctimas de agresión y no hayan tenido el apoyo necesario para romper las cadenas que las ataban a una persona agresora, que decía amarla, pero terminó quitándoles la vida.

Las instituciones gubernamentales tienen la obligación de hacer todo lo posible para que nosotros los ciudadanos y ciudadanas entendamos que acá ninguna mujer sobra. Todos vinimos con un propósito a este mundo y es injusto que por la mala cabeza de algunos, sean cientos las mujeres de bien que pierden la vida.

No se puede pretender ocultar que el femicidio es un problema que se está saliendo de las manos de las autoridades, porque hace unas décadas mataban a una o dos mujeres al año, no obstante, para nuestra desgracia, estas cifras se han disparado y ahora son decenas las que mueren.

En muchos casos sus hijos quedan desamparados o acaban en un albergue porque no hay quién decida acogerlos y educarlos.

Clasificaciones y tipos de violencia existen muchos, no es necesario que nadie las deje marcadas, golpee o asesine para decir que se sufren de dicho mal. Las mujeres están bajo agresión cuando son intimidadas, manipuladas, amenazadas, o humilladas, cuando se trata de aislarlas de su familia o seres queridos para que no haya quién les eche la mano en caso de un conflicto.

En primer lugar, todos somos responsables de trabajar en este tema, primero las mujeres para empoderarse y no permitir que nadie las agreda de ninguna manera, pues debemos recordar que la violencia se disfraza de muchas maneras.

En segundo, los hombres deben entender que a base de golpes, maltratos y agresiones verbales no van a lograr nada con las damas, solo las harán más temerosas.

Lastimosamente las agresiones ya no solo se quedan en el hogar, sino que se han extendido a todos los ámbitos donde se desarrolla este sector de la población, lo que es sumamente injusto porque todos debemos tener las mismas posibilidades de disfrutar la vida.

Algunos piensan que la violencia hacia las mujeres implica solamente golpes, patadas y puñetazos, sin embargo se equivocan, porque también los tocamientos impropios, los abusos sexuales y hasta las palabras hirientes son parte de esta ola de agravios a la que cada día se exponen las féminas.

Debemos poner las barbas en remojo y darnos cuenta de que está en nuestras manos enseñarles a los pequeños a respetar a las mujeres, pero sobre todo que las niñas entiendan que no necesitan un hombre en su vida para ser felices, mucho menos si este no las valora, las maltrata y hasta puede llegar a matarlas.

Si usted es una mujer que siente que está sufriendo de violencia en su hogar, puede darse una vuelta por la marcha para que de esta manera encuentre ayuda profesional y espiritual, o escuche testimonios de mujeres que han logrado salir de este círculo vicioso que muchas veces no las deja ser felices.

La lucha no es de un día, debe ser de todo el año porque es injusto que más familias se destruyan por agresiones, celos y todos los antivalores que se conjugan cuando una persona pierde la razón.

Muchas veces nosotras las mujeres nos casamos con un hombre sin saber en realidad en lo que se puedan convertir, los celos, los comentarios de personas de la familia, conocidos o hasta de algunos que solo desean intrigar pueden llegar a sacar el monstruo que tienen escondido y hacer emerger el verdadero yo que muchos guardan en su interior.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 19 Noviembre, 2018

HORA: 12:00 AM