Carlos Alvarado, presidente de la República, defendió a su ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, y su labor en los concejos municipales.
Piza se ha desplazado a un grupo importante de gobiernos locales con el objetivo de explicar los alcances del proyecto de Ley Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (expediente 20.580).
Sin embargo, el camino no ha sido fácil para el jerarca. Tan solo el último fin de semana fue testigo de dos altercados. Uno en Coto Brus y otro en Corredores.
De Coto Brus tuvo que salir escoltado por 15 oficiales de la Fuerza Pública mientras la gente le gritaba e intentaba golpearlo.
Semanas atrás, en San Carlos le regalaron hasta una botella de enjuague bucal en alusión a la campaña política.
Pese a la poca empatía que genera con las comunidades y las situaciones registradas, Alvarado dijo que Piza se mantendría con esa tarea.
“Tenemos un ministro de la Presidencia que dentro de sus responsabilidades toma como propia el ir a visitar consejos municipales. No uno, varios. Comunidad por comunidad. No solo para ponerse a las órdenes de estos temas (fiscales), sino como otros particulares, yo pregunto cuando se había planteado eso”, dijo Alvarado ante la consulta de DIARIO EXTRA.
Sobre si valora quitarlo, ya que la situación se ha prestado para una especie de desgaste político, aseguró: “No, al contrario, está haciendo algo diferente acercándose a la gente en las comunidades, tanto así que tiene que verse expuesto cuando hay muchas personas que quieren escuchar y pocas personas que no dejan que lo escuchen”.
Las palabras de Alvarado se dan pese a que expertos en materia política, como Sergio Araya, creen necesario valorar a otro funcionario en lugar de Piza para esta tarea.
El experto opina que el ministro de la Presidencia se desenvolvería mejor en foros explicando la reforma fiscal con sectores empresariales o académicos, incluso con la judicatura, ya que se desempeñó como magistrado, por lo que conoce muy bien ese gremio.
Dijo que evidentemente su popularidad va en picada, máxime si se toma en cuenta que le correspondió poner la cara en un tema tan impopular.
En otras palabras, aparte de que el mensajero no es muy dulce, debe llevar un mensaje amargo.
“El perfil de don Rodolfo nunca se ha caracterizado por ser un político con empatía. Cuando a la gente se le preguntaba por él se le destacaba por su capacidad de gestión, conocimiento, seriedad intelectual, dominio de Administración Pública, en fin, aspectos racionales. Muy pocas personas decían que inspiraba confianza, simpatía. Entonces, encomendarle esa tarea con el pueblo y con un tema tan impopular provoca esas escenas como las vistas. Al final el ministro se tiene que defender y eso distrae la atención del tema fundamental, que es la reforma fiscal”, añadió Araya.
PERIODISTA: Marco Antonio González
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Jueves 08 Noviembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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