Una pizca de sal (y otra de plástico)
La columna de Jaime Ordóñez
La información científica publicada hace 15 días de que en la mayoría de la sal que se consume para uso humano en los últimos cinco años se han encontrado porcentajes altos de plástico es una muy mala noticia. Hasta el 70% de la sal y el marisco que se vende en nuestros países contiene microplásticos.
Confirma lo que ya sabíamos: que nuestros mares se están convirtiendo en un vil y vulgar cementerio de inmundicia, en un basurero de bolsas, botellas y otros desechos que están destrozando la vida marina. Y a nosotros mismos también. Sólo en el Océano Pacífico hay 87.000 toneladas de plástico entre Hawái y América del Norte y crece día a día. Nuestra civilización hace todo lo posible por autodestruirse.
Dentro de ello, sin embargo, el Parlamento Europeo votó hace pocos días en forma absolutamente mayoritaria (571 votos contra 53) prohibiendo a partir del año 2021 todo plástico desechable, incluyendo botellas, pajillas, platos, bolsas, estereofón y todo el resto impresionante de basura que nuestra humanidad produce. La lista incluye 10 productos que serán totalmente prohibidos en los países de la Unión Europea a partir de esa fecha. El acuerdo del Parlamento Europeo será llevado al Consejo Europeo y se espera aprobarse este mes de diciembre.
El problema es que otros grandes países polucionadores (China, India, Estados Unidos, incluidos varios países de Asia y América Latina) sigan vertiendo plástico al mar, y no sólo envenenando los océanos, sino, además, envenenándonos a nosotros mismos.
¿No es hora de que nosotros en Costa Rica aprobemos una ley similar? Costa Rica es también un gran polucionador, en su escala y en su tamaño.
Recuerdo que un uno de los huracanes recientes que asoló nuestro país, la llena del río Tárcoles -el río más contaminado de toda Centroamérica- dejó en nuestra costa del Océano Pacífico una inmundicia flotando durante varios días. Una escena dantesca que demostró que todo nuestro Valle Central tira buena parte de su basura a los ríos. Esta Costa Rica se nos está volviendo sucia, vulgar y rampante. Ese río Tárcoles nos representa como una metáfora, como el espejo en el cual no queremos vernos, como la parte de atrás del Retrato de Dorian Gray. Nuestra cara más monstruosa.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 05 Noviembre, 2018
HORA: 12:00 AM
CRÉDITOS: Jaime Ordóñez / [email protected]
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