No al despilfarro universitario
Está legal / Lic. Alberto Pinto Monturiol*
Volvemos al mismo problema que siempre pasa en nuestro país… lastimosamente: independientemente de lo necesario o no que pueda resultar una “obra monumental” para celebrar los derechos de una de las minorías de Costa Rica, como lo es la plaza millonaria de la Universidad Nacional, que defiende a capa y espada su rector, Alberto Salom Echeverría; en tiempos de crisis fiscal todos tenemos que poner de nuestra parte, y cuando digo todos hay que incluir aquí a las Universidades Públicas, que viven de nosotros el pueblo trabajador, que viven del Estado, de lo que este recauda en impuestos y “préstamos”, es decir que vive a nuestras costas. El problema en Costa Rica es que aquí muchos de los gobernantes o funcionarios públicos creen que la Ley aplica para todos, pero no para ellos, y esto es inaceptable.
Señor Rector, entienda que su “independencia” y “autonomía” universitaria no lo excluyen de ser austero y prudente en la administración de los recursos que TODOS le hemos dado a las Universidades Públicas.
Señor Rector, entienda que no estamos para construir plazoletas millonarias cuando el pueblo, no asalariado del Gobierno, tiene que “pulsearla” todos los días para llevar comida a su hogar y poder mantener a sus estudiantes y los costos de la educación, que por más pública y barata posible para muchos, representa una inversión millonaria, y no en dólares, como su plaza, sino en devaluados colones.
Entienda, señor Rector, que la mayoría de los ciudadanos sí sabemos que las pensiones de lujo más jugosas vienen de los pensionados de las Universidades Públicas, siendo mayoría entre las primeras veinte.
Señor Rector, necesitamos aulas, necesitamos profesores de calidad, que tengan un salario lógico y competitivo en el mercado laboral, no salarios ni pensiones millonarias para cualquier funcionario o profesor de las universidades públicas.
Señor Rector, el país necesita calles, autopistas y puentes, vías de tren, puertos, aeropuertos, el país necesita infraestructura, no plazas para celebrar nada, siembre un árbol, haga un jardín conmemorativo, como se hace en el “Central Park” de Nueva York, o haga lo que considere oportuno, pero hágalo austeramente, sin gastar innecesariamente los millones del pueblo costarricense.
Señor Rector, el país necesita que el suministro de electricidad y el agua esté garantizado para las futuras generaciones, y eso se hace invirtiendo en ello, no haciendo plazas.
Señor Rector, el país necesita reinventar la seguridad social antes de que colapse, y el país debe atender la extrema pobreza antes de que las revueltas “de los que no tienen nada más que perder” empiecen.
La izquierda intelectual progresista de este país, a la que usted tantas veces ha representado, debe contribuir, al igual que todos los demás ciudadanos, para que el gasto público no se dispare, y el país no llegue a extremos indeseables, es su responsabilidad actuar austeramente en la Administración de la Universidad Nacional como cualquier otro funcionario público.
Los ciudadanos preocupados por el futuro de la educación, y de este país, estaremos vigilantes.
Abogado litigante*
Las opiniones antes expresadas corresponden únicamente al autor y no representan la posición oficial del Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica.
