Desde un punto de vista humano

Lic. Roy Levell Brown

Cuando el pueblo elige a un presidente lo hace con la esperanza de que sirva para dirigir el país. Los países de Centroamérica no son de grandes poblaciones, pero sí de constantes conflictos internos. Durante los años 70 y 80 la región se encontraba ensangrentada en su mayor parte por distintos conflictos internos, principalmente entre gobiernos autoritarios y milicias paramilitares, más que todo de corte conservador y anticomunista, contra grupos insurgentes rebeldes de mayoría izquierdista, todo esto en medio del escenario de la Guerra Fría.

Los países centroamericanos pasan por ciertos baches conflictivos, podemos señalar a Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Honduras casi nunca ha estado al borde de una guerra civil, hace poco tuvo un pequeño brote de violencia, pero de ahí no pasó. Costa Rica es el único país donde por el momento aún se respira un aire de paz y tranquilidad.

Cuando todo parecía que Centroamérica ya era un remanso de paz, la situación de Nicaragua tiende a repetir la vieja historia de sangre y violencia. La crisis política se inicia en abril, el pueblo nicaragüense se levantó protestando primeramente por una reforma previsional impuesta por su presidente Daniel Ortega y luego se alzó para exigir democracia y respeto a los derechos humanos.

La represión ha sido la respuesta de esas protestas, como consecuencia se ha cobrado la vida de cientos de personas y ha dejado miles de heridos. ¿Cuándo y cómo terminará esta nueva tragedia? Todavía no hay nada escrito, pero lo que sí se sabe es que mucha gente está huyendo en busca de una mejor vida hasta que pase el temporal.

Tocando el tema de la migración nicaragüense, los que llevan años viviendo aquí hay que reconocer algo, por lo general estos desempeñan labores de mano de obra no calificada en agricultura, construcción, trabajo doméstico y guardas de seguridad, entre otras, pero aunque usted no lo crea, esta gente contribuye con la economía nacional. Con el éxodo masivo de nicaragüenses que vienen llegado al país, como en toda familia, hay un poco de todo: buenos y malos, y como dicen por ahí, no todo tico es pura vida ante el drama de los inmigrantes nicaragüenses.

A pesar de toda esta crisis sociopolítica que ha dejado entre 317 y 440 muertos hay un detalle interesante. Antes, cuando había un problema en Nicaragua, el gobierno de turno, para despistar el problema, salía con el timo de que Guanacaste fue parte de su territorio, o que Costa Rica quiere apoderarse del río San Juan, pero como esos timos ya son discos rayados, es un milagro que esta vez no se ha inventado alguna cosa. Algunos ticos incitan a la violencia, el odio y la xenofobia, pero no debemos caer en la trampa. Entre los que vienen cruzando la frontera hay infiltrados sandinistas enviados por Ortega para observar los movimientos de sus compatriotas, en complicidad con simpatizantes nacionales afines al régimen sandinista.

Si mi vecino está bien, yo estoy bien. Los actos vergonzosos ocurridos hace poco en el Parque Braulio Carrillo, mejor conocido como La Merced, ¿qué nos pasa? No podemos estar de acuerdo con las incitaciones al odio, los insultos y actos hostiles en contra de los nicaragüenses que hace años conviven y aportan con su trabajo a nuestro país (aunque sea mal pagados), y aquellos que vienen buscando refugio en nuestro país ante la persecución de que son objeto por el régimen dictatorial Ortega y Murillo.

La situación de los inmigrantes nicaragüenses hay que analizarla desde un punto de vista humano, necesitan que se les tienda la mano ahora, mañana no se sabe qué pasará, pero por el momento nuestro país por tradición histórica siempre ha sido un refugio para quienes lo necesitan.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 01 Octubre, 2018

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Lic. Roy Levell Brown