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Sucesos

36 años de cárcel para banda de socio de Pelleja

Por narcotráfico y lavado de dinero, Pococí

  • Así reaccionó Gaudy Vargas cuando le dijeron que la declaraban culpable de lavado de dinero

  • Todos los sentenciados pasarán en prisión preventiva hasta que la sentencia adquiera firmeza

  • Los jueces Jeannette Mena, Kristopher Durán y Jeffrey Thomas leyeron el por tanto

  • La sala se hizo pequeña ante la gran cantidad de personas que asistieron a la lectura de sentencia

El Tribunal Penal de Pococí condenó a 36 años de prisión a dos hombres y la pareja sentimental de un abogado por tráfico internacional de drogas y lavado de dinero.

En etapa de conclusiones el Ministerio Público solicitó que se impusieran 40 años de cárcel para los imputados, pero los jueces tomaron la decisión de poner una pena menor.

Los sentenciados son Mario Alberto Esquivel Sosa, alias Cundo, a quien le dieron 16 años; su chofer Horacio Calderón Hernández, que recibió 10 años, estos dos por tráfico internacional de drogas, mientras que a Gaudy Francini Vargas Granados le dictaron una década tras las rejas por legitimación de capitales.

Originalmente, la lectura del por tanto estaba acordada para las 8 a.m. en la sala 3 del II Circuito Judicial de la Zona Atlántica, pero debido a lo complejo del caso se atrasó por 45 minutos, pues debieron revisar las pertenencias a más de 12 personas que se presentaron, principalmente familiares de los imputados.

Por motivos de fuerza mayor, los abogados defensores de los imputados, Leonel Villalobos y Sandra Camacho, no estuvieron en la lectura de la sentencia. En su sustitución acudió Josué Brenes.

El juez Kristopher Durán Solano se encargó de leer la primera parte de la lectura. Por cerca de diez minutos, detalló las leyes que estas personas incumplieron y sus debidas sentencias.

Además, acogieron la petición del fiscal Julio Badilla, representante del Ministerio Público, de aplicarle prisión preventiva de un año a Vargas en caso de aplicarle la resolución, mientras tanto al resto de los inculpados se les extendieron las medidas cautelares por doce meses más.

También pidieron devolverle a Villalobos ¢5 millones por la fianza que pagó en marzo de 2016 para quitarle la prisión preventiva a Vargas, pero se hará efectivo hasta que se ratifique la sentencia en los próximos días.

Minutos después, la jueza Jeannette Mena Rodríguez tomó la palabra para explicar el resumen de la resolución, con los argumentos considerados para presentar la sentencia. 

Durante la primera parte, se enfocó en los indicios de las intervenciones telefónicas y seguimientos que efectuaron los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) desde 2014.

Entre los detalles brindados, trascendió que Cundo cambió su número telefónico cerca de 40 veces, pero, aun así, a las autoridades no perdieron de vista sus pasos y lograron interceptar sus contactos telefónicos.

En total, los investigadores intervinieron 200 veces las líneas telefónicas de los enjuiciados.

 

IMPUTADOS TRANQUILOS 

 

De los tres sentenciados, Vargas era la única que estaba en libertad, minutos antes de las 8 a.m. llegó en compañía de sus papás y su abogado a los tribunales. Sentada en una banca, se mantuvo quieta mientras los minutos pasaban, conversaba con sus padres y su defensor, efectuó varias llamadas telefónicas, pero en ninguna habló sobre su situación.

Conversó con otras personas y conservó la tranquilidad, a la espera de la resolución. Cerca de las 8:35 a.m., el guarda le pidió que entrara y se sentara junto a Cundo y Calderón, que ya estaban ubicados en sus lugares.

Durante la explicación de los jueces, estuvieron callados y mirándolos detenidamente, en el momento que escucharon los años que estarán encerrados, se taparon la cara con sus manos.

Mientras la jueza Mena leía el resumen de la sentencia, Cundo empezó a reírse por razones desconocidas. La funcionaria paró su lectura y le advirtió al detenido que, si seguía con ese comportamiento, lo sacaría de la sala. Al final, el hecho no pasó a más.

Una vez concluida la sentencia, esposaron a los indiciados y uno a uno los sacaron de la sala, mientras Calderón salió cabizbajo, Cundo saludó a sus familiares haciendo un gesto con la cabeza. Por último, Vargas les entregó su celular a sus padres, el bolso a su abogado y se la llevaron por otro pasillo. 

Tras la sesión, la mamá de Cundo se mostró afectada y lloró frente a la sala, mientras los papás de Vargas se trasladaron a la entrada principal en espera del abogado y salieron rápidamente de los tribunales sin dar declaraciones. 

El defensor presentó un recurso de aclaración y edición por actividad procesal dudosa, debido a la forma como investigaron a los imputados, pero se aplicará hasta el próximo 8 de agosto, durante la lectura integral. 

¿CÓMO TRABAJABAN?

 

Cundo era conocido por ser la mano derecha de José Arnoldo “Pelleja” Díaz Castro, reconocido como encargado de la venta de estupefacientes en la Barra de Parismina. Tras la desarticulación en 2014 de esa banda, el ahora sentenciado tomó parte de esos negocios. 

Entre las acciones que efectuaba Esquivel Sosa destacaban planificar las estrategias para traer la droga a su zona desde Colombia, para ocultarla y después venderla a otras partes de la provincia de Limón y la Gran Área Metropolitana (GAM).

Conforme el negocio prosperaba, el poder de Cundo aumentaba, por eso era común que hiciera viajes a Colombia, México y Ecuador para acordar nuevos envíos, los cuales en las investigaciones encubría con otros motivos o simplemente no brindó detalles.

Cuando las ganancias salieron a flote, ocupó ayuda, en esta parte ingresaron Horacio Calderón y Gaudy Vargas a incrementar sus ganancias. 

Calderón se encargó de transportar y entregar la droga desde el Caribe a la GAM. Aun cuando lo hizo presuntamente varias veces, la Fiscalía solo lo pudo comprobar una vez, pero los jueces dejaron claro que esta persona tenía pleno conocimiento de dichos negocios y se tornaba irresponsable dejarlo libre, tampoco su declaración en que alegaba su inocencia después de la lectura de las conclusiones ayudó a que quedara libre.

A la mujer se le investigó por la manera como administraba los bienes a Cundo, pues el líder narco la buscó basado en su destreza para comerciar terrenos y vehículos, con el fin de que el dinero que ganaba por los negocios ilegales lo invirtiera en mamparas legales para no levantar sospechas.

La Policía tampoco perdió la pista a esas transacciones turbias, como las constantes compras de casas, una de ellas en la zona capitalina de Escazú, ni menos a las frecuentes compras de automóviles de marcas lujosas y nuevos de agencia, que generaron sospechas entre las autoridades.

Lo que más llamó la atención a los investigadores fue que muchas de estas compras las hacía a nombre de ella, pese que tenía su expediente financiero manchado, lo cual en su momento provocó que uno de sus hermanos cambiara un cheque de Cundo en un banco privado. Eso se convirtió en la mecha que detonó la bomba del caso en cuestión.

A partir de ese momento, se efectuaron varios tumbonazos de droga en Punta Islita y una finca en Siquirres y, tras unos allanamientos en 2016, en varios puntos del país, capturaron a los imputados. Dos años después, los sentenciaron.

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Fotos: Jesús Ramírez

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Miércoles 01 Agosto, 2018

HORA: 12:00 AM

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