¿Y dónde queda el país verde?
Editorial
Costa Rica quiere dar el ejemplo a todo el mundo y convertirse en un país verde, sin embargo, cada una de las señales que pretende comunicar resulta contradictoria.
Recientemente, la Federación para la Conservación de la Naturaleza (Fecon) hizo una denuncia pública contra dos borradores ejecutivos con los que trabaja en este momento el Ministerio de Salud, los cuales permitirían el ingreso de residuos peligrosos al país.
No damos abasto con los desechos que tenemos nosotros y quieren traer aún más para fines que hasta ahora son inciertos. ¿Para qué más ácido de plomo y cómo se usaría? ¿Por qué se utilizará más desechos de pintura o sustancias inflamables?
Para brindar contexto, en la actualidad el proceso de importación de dichas sustancias está prohibido en la Ley de la Gestión Integral de Residuos Nº8839, sin embargo, el Ministerio de Salud quiere permitir la entrada de esos químicos a como dé lugar al país, sea legal o no, según alertaron los ecologistas.
Una mala manipulación de estos materiales podría significar un desastre ambiental en territorio nacional, pero aquí las autoridades tienen la costumbre de cruzar los brazos y esperar que algo pase para actuar, sin prevenir la situación con anterioridad.
Ya Costa Rica tiene antecedente por una mala manipulación de ácido de plomo. En 2004, se presentó una combinación peligrosa que generó una importante contaminación en el río Telire. Parece que las autoridades no entienden el peligro que representa la iniciativa.
Los especialistas señalaron que la problemática se agudiza todavía más cuando los reglamentos inducen a inexactitudes o confusiones, no es de extrañar un argumento de este tipo cuando hemos sido testigos de las constantes contradicciones de las autoridades.
Esta información contrasta con la apuesta del mandatario Carlos Alvarado por un traspaso de poderes dirigido a la carbono neutralidad, cuando se desplazó con un vehículo híbrido desde su casa en Santa Ana hasta La Sabana y posteriormente en un bus eléctrico con su gabinete presidencial. Entonces, si se busca predicar con el ejemplo, debería escucharse la voz de los expertos desde el inicio, ejecutar acciones y no figurar para dar a entender que se está haciendo algo.
Ya el ministro de Ambiente reconoció que Costa Rica no alcanzará la meta simbólica de la carbono neutralidad para 2021, y que, con el fin de que el país siga los estándares internacionales en cumplimiento de esta materia, deberían pasar unos 42 años, como mínimo.
Sin embargo, eso no es impedimento para que el mismo Gobierno implemente acciones en favor del medio ambiente, una de las áreas quizá más olvidadas de la Administración, pues se evidencia que no está dentro de las prioridades.
El Gobierno de Alvarado debe rendir cuentas sobre las acciones que realizan sus jerarcas, es una lástima que algunos de sus funcionarios hagan caso omiso y pretendan esconderse para no dar la cara. En un asunto vital para el país, la ministra de Salud Giselle Amador se limita a decir, sobre el caso en cuestión, que está en una reunión y no puede atendernos. Estas son las horas en que todavía esperamos que devuelva la llamada.
¿Acaso habrá jalón de orejas por parte de Alvarado debido al incumplimiento de la rendición de cuentas o hará siempre lo mismo, solapar a sus subalternos para que hagan lo que les da la gana? No están para desaparecerse, sino para justificar sobre sus acciones dentro de la función pública.
Esa Costa Rica verde que se imaginan y pregonan ante el mundo las autoridades nacionales bien podría ser tan fantástica como el país de las maravillas de Alicia. En realidad, aún estamos lejos de lograrlo.
