En esta ocasión vamos a conversar sobre una condición dermatológica que es sumamente frecuente y que todos los individuos en alguna ocasión hemos observado al menos uno y son los acrocordones; también llamados como fibromas blandos o en la terminología médica pólipos fibroepiteliales.
Se calcula que al menos un 25% de la población presenta este tipo de lesiones que suelen aparecer por lo general alrededor de los 30 años. Se caracterizan por ser pequeños crecimientos de la piel con una base gruesa o delgada (pedículo) de color normal o marrón y que se localizan con frecuencia en las axilas, cuello e ingles, aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y su diámetro es muy variado, donde pueden llegar a medir 1 o 2 centímetros.
Origen
La causa de estas lesiones aún se desconoce, sin embargo la predisposición genética tiene alto peso en la aparición de las lesiones, por otro lado se ha asociado fuertemente al roce de piel con piel, de ahí que es más frecuente encontrarlas en axilas, cuello e ingles. Son más frecuentes en personas con complexión fuerte. Por último, los factores hormonales pueden ser importantes ya que estas lesiones con frecuencia aparecen o crecen en las mujeres embarazadas y en algunos pacientes que padecen una enfermedad denominada acromegalia (gigantismo).
Factores de Riesgo
• Personas mayores: cuanto mayores seamos, más probabilidades de que nos vayan saliendo acrocordones. Seis de cada 10 personas a los 70 años los tienen.
• Personas obesas o con sobrepeso.
• Personas con diabetes tipo 2.
• Personas en cuya familia haya más gente con numerosos fibromas.
Diagnóstico
Este tipo de lesiones son fáciles de diagnosticar con una simple observación por personal capacitado en el tema, sin embargo, a veces este tipo de lesiones pueden estrangularse en su base y al comprimir la pequeña arteria que los irriga o alimenta, tornándose rojizos o negruzcos con lo que en algunas ocasiones es conveniente realizar diagnóstico diferencial con otro tipo de lesiones y en algunos casos hasta realizar biopsia.
Diagnósticos diferenciales
Los fibromas pueden confundirse con otras lesiones similares como lo son:
• Las verrugas víricas.
• Los nevus intradérmicos (un tipo de lunar).
• Los neurofibromas.
• Los carcinomas basocelulares.
Para diferenciarlos no hace falta ningún análisis específico; los dermatólogos los podemos diagnosticar con una simple exploración.
Tratamiento
Cuando estas lesiones se han estrangulado espontáneamente y son dolorosas se deben de extirpar quirúrgicamente con anestesia y asepsia (limpieza) previa de la zona; en los demás casos debido a que son lesiones benignas el motivo de quitarlas es que se tornen molestas o simplemente por razones estéticas.
Este tipo de lesiones son sumamente fáciles de quitar, su resultado estético es excelente y existen diversos procedimientos que se emplean para removerlos:
• Cuando son pequeños se corta su base y se hace cauterización de la piel.
• También y sin necesidad de anestesia local se puede hacer una electrodesecación superficial de la piel.
• En algunos casos y también para lesiones pequeñas se puede utilizar criocirugía con nitrógeno líquido.
• Para las lesiones más grandes se emplea anestesia local y se extirpan con un bisturí electrónico especial que evita que estas lesiones sangren y no es necesario colocar puntos de sutura.
• Al quitar las lesiones normalmente se formará una pequeña costra que caerá espontáneamente, posteriormente quedará una coloración pigmentada que desaparecerá con el tiempo.
• Siempre posterior a realizar la extirpación de las lesiones se recomienda dejar antibióticos en crema 3 veces al día por al menos 5 a 7 días.
*Dermatólogo
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dr. Juan José Rodríguez*
EMAIL: [email protected]
Lunes 18 Junio, 2018
HORA: 12:00 AM
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