El consumo de frutas es un consejo que cualquier nutricionista le puede dar a sus pacientes como parte de una dieta saludable, de modo que mantenerlas siempre en casa resulta un excelente hábito.
Pero también conviene explicar que no solo se trata de consumirlas, sino que preferiblemente deben comerse antes de cada comida, con el fin de no obtener únicamente una sensación de llenura sino además nutrirse.
Así lo recomienda Ana Cristina Gutiérrez, asesora nutricional de Herbalife Nutrition, quien destacó que, gracias al alto contenido en fibra, estos alimentos aportan saciedad y evitan una ingesta posterior excesiva de comida.
En cambio, cuando las frutas se consumen después de comer es más probable que se produzca una fermentación de los azúcares y que el estómago no sea capaz de digerirlas correctamente, lo cual a su vez causa molestias digestivas como hinchazón, gases y dolor estomacal.
“Cada persona conoce su organismo y sabe a qué hora del día es más realista consumirlas. Hay personas que por su digestión prefieren durante la mañana ya que en la tarde les produce molestias intestinales”, explicó la doctora.
Indiferentemente de lo anterior, las frutas aportan vitaminas hidrosolubles, fibra, agua y antioxidantes, además de brindar excelentes beneficios a la salud porque comprenden una fuente de nutrientes, cuidan el sistema inmune, ayudan en la digestión, favorecen a la piel y protegen contra el desarrollo de diversas enfermedades.
Lo curioso es que el mayor consumo de frutas en los hogares se da a la hora del desayuno, sin embargo, estas se pueden consumir en cualquier momento.
Según la Asociación Americana de Dietistas, deberían comerse de 3 a 5 frutas al día para tener una alimentación saludable y equilibrada, pero esto puede variar dependiendo de la actividad física y el requerimiento calórico.
Así que, si una persona no está acostumbrada a comer frutas, puede iniciar probándolas de diferentes formas: en jugo, frías, a temperatura ambiente, mezcladas con otras frutas, con limón, con alguna gelatina sin azúcar, congelada, en un licuado, fruta deshidratada, hechas helado, etc., y de esta forma ir poco a poco incluyéndolas en su alimentación, lo vital es convertirlas en parte de su dieta diaria.
