A menos de un día de haber asumido el cargo, la abogada Carolina Fernández renunció a su designación como viceministra de Relaciones Exteriores.
Según informó la Cancillería, Fernández evitó “generar un desgaste innecesario” a la administración Alvarado Quesada, al darse a conocer por un medio digital que en 2010 enfrentó un proceso administrativo por abandono de trabajo, cuando laboraba en la embajada de Brasil.
El caso se remonta cuando la diplomática fue designada ministra consejera y encargada de Negocios en dicha sede, y viajó por varias semanas sin mediar algún permiso o vacaciones a Omán para atender temas personales.
Por esta grave falta se le sancionó con un mes fuera del cargo, según la disposición del excanciller René Castro.
En el pronunciamiento oficial argumenta: “He decidido dimitir del cargo en vista de que mi designación puede convertirse en un obstáculo para la labor del nuevo gobierno nacional, presidido por Carlos Alvarado (…)
Con el espíritu de fomentar que el gobierno de unidad nacional tenga el mejor ambiente político en sus primeras semanas de ejercicio, estimo pertinente renunciar al cargo de vicecanciller de la República, el cual asumí el día de ayer con gran ilusión y compromiso”.
Ya los diputados enfilaban los cuestionamientos, donde emplazaban al gobierno a expulsar a Fernández de la administración.
“Lo que hemos estado diciendo una y otra vez es que este gobierno del PAC no debe nombrar personas que tengan anotaciones judiciales o administrativas de tanta envergadura, como hacer abandono de trabajo a nivel diplomático durante un mes entero, ella no debió haber aceptado el nombramiento.
A don Carlos Alvarado debieron haberle informado de forma eficiente de lo que estaba pasando y nos parece muy acertada la decisión de la Vicecanciller de apartarse 24 horas después del nombramiento para generar un ambiente de tranquilidad a nivel político”, señaló Jonathan Prendas, congresista de Restauración Nacional.
