Jorge Rojas Espinoza: un héroe discreto y sereno
La columna de Jaime Ordóñez
Existen dos tipos de héroes en una sociedad. Los que hacen mucho ruido, fanfarria y ditirambo (justificado o no) y otros que hacen grandes contribuciones al mundo que les rodea, quienes lo hacen en forma discreta y elegante, casi silenciosa, dejando que el tiempo haga lo suyo. Jorge Rojas Espinoza perteneció al segundo tipo. Tuve la fortuna de conocerlo en sus últimos años y conversar con uno los costarricenses más cultos y serenos que recuerde. Falleció a los 93 años. El pasado 25 de marzo se hubiesen cumplido 100 años de su nacimiento. Quiero aprovechar esta columna para recordarle.
Fue diputado de la Asamblea Nacional Constituyente que creó la Constitución Política de la República de Costa Rica de 7 de noviembre de 1949, aún vigente. Fue juez en la ciudad de Limón, magistrado de la Corte Suprema de Justicia y, posteriormente, jefe del Ministerio Público, entre 1977 y 1984. Participó activamente en el anteproyecto de Ley Orgánica del Ministerio Público
Hoy que la institución de Ministerio Público está en primeras planas por el afortunado nombramiento de Emilia Navas, hay recordar que don Jorge Rojas fue el segundo fiscal general del país y una de las personas que--junto con José Francisco Chaverri, el primer fiscal y con Fernando Cruz, el sucesor de ambos, ayudó a crear y a fortalecer esa institución.
Jorge Rojas Espinoza fue, además, un costarricense ejemplar en prácticamente todas las áreas de su vida. Colaboró con el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), del cual fue magistrado y delegado por Alajuela.
Regidor y presidente de la Municipalidad de Atenas y miembro de la Junta Rural de Crédito Agrícola de Atenas del Banco Nacional de Costa Rica.
Fue vicepresidente de la junta directiva presidida por el Lic. Fernando Fournier Acuña, que logró la adquisición de las instalaciones actuales de dicho Colegio.
Su rigurosa formación jurídica la obtuvo en el país y en el extranjero. Hizo sus estudios de postgrado en Buenos Aires, Argentina, durante la década de 1950 bajo la tutela del Prof. Rafael Bielsa, uno de los principales expertos en derecho político y derecho administrativo de América Latina, así como el Prof. Prof. J. Faustino Legón.
Sus intereses fueron muchos y variados. Fue un jugador legendario de la Liga Deportiva Alajuelense y, además, seleccionado de fútbol nacional en varias ocasiones, campeón invicto de la primera competición centroamericana en San José en 1941, jugador del Alajuela Junior en 1936, jugador de la Liga Deportiva Alajuelense entre 1937 y 1946, campeón de fútbol en los años 1939, 1941 y 1945. Participó en partidos internacionales dentro y fuera del país en alrededor de 57 ocasiones, incluyendo su participación, solicitado a préstamo por Gimnástica Española, La Libertad, Orión, Cartaginés y Herediano. Fue directivo y presidente de la Liga logrando los campeonatos 1949 y 1950, 1958, 1959 y 1960. Hizo la vuelta alrededor del mundo con su equipo e ingresó a la Galería Costarricense del Deporte el 19 de julio de 2007.
Un hombre cuya biografía deberían estudiar nuestros estudiantes de escuela primaria y secundaria de estos tiempos. En una pequeña nota que publiqué en este diario poco después de su muerte, lo recordé utilizando aquel aserto de don Antonio Machado: "Era bueno, en el buen sentido de la palabra bueno..." Es decir, un hombre inteligente, agudo, laborioso, humanista, que siempre deseó lo mejor para los seres humanos que le rodearon.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 02 Abril, 2018
HORA: 12:00 AM
CRÉDITOS: Jaime Ordóñez / [email protected]
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