Ni en sus últimos cuatro meses al frente del gobierno, el presidente Luis Guillermo Solís parará la viajadera que lo caracteriza a lo largo de su gestión.
Anunció esta semana que en los próximos meses deberá atender algunos compromisos internacionales, por lo que tendrá que seguir de aquí para allá, montado en los aviones, como es la tónica durante su gobierno.
Hasta octubre de 2017 el mandatario que hace cuatro años prometió austeridad y no gastar tanto en viajes salió en 33 ocasiones a 21 países. Se ha pasado 154 días fuera y solo él, sin contar lo que gastan sus acompañantes, se gastó ¢75 millones en sus giras hasta julio del año pasado.
El Presidente no quiso precisar cuáles serán sus próximos destinos en estos últimos cuatro meses ni qué irá a hacer, prefirió manejarlo de a callado y solo decir que serían salidas cortas.
“Hay algunos compromisos fuera del país que estoy valorando, será por recomendación de alta prioridad, pero no habrá visitas oficiales. Ninguna de ellas (las visitas) será de larga duración”, comentó.
Durante sus cuatro años como presidente, Solís fue criticado por la oposición y varios sectores de la sociedad por su viajadera. En más de una ocasión los diputados le exigieron que pasara más tiempo en el país y que las giras se las delegara a sus ministros, pero no atendió sus demandas.
Solo para que haga un cálculo, a mitad de su gestión el mandatario superaba en giras al exterior a sus dos antecesores inmediatos, Laura Chinchilla (2014-2014) y Óscar Arias (2006-2010).
A esos ataques Solís siempre responde que viaja “estrictamente lo necesario” y tratando de economizar la mayor cantidad de recursos.
PERIODISTA: Carlos Mora
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Viernes 12 Enero, 2018
HORA: 12:00 AM
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