Las personas que sobrellevan al menos dos enfermedades crónicas tienen ocho veces más posibilidades de padecer depresión, según los datos del Hospital Nacional Psiquiátrico (HNP), que a la vez confirman cómo los cantones con mayor reporte de casos son San José, Tibás y Alajuelita.
La depresión puede afectar a cualquier persona sin importar su edad, condiciones sociales, ni el país donde viva. Es un estado emocional que provoca angustia mental y afecta la capacidad de las personas para hacer sus tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos negativos sobre las relaciones con la familia y los amigos, así como respecto a la capacidad para ganarse la vida, sin embargo, existen factores asociados como por ejemplo padecer de hipertensión y diabetes al mismo tiempo, tener familiares con antecedentes, el estado civil de la personal e incluso los distritos con menor índice de desarrollo humano presentan el mayor número de casos.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) otorgó 77.769 boletas de incapacidad por depresión, eso significó el pago de ¢1.400 millones durante 2016. Entre las preocupaciones de las autoridades de salud destaca que uno de cada 10 niños o adolescentes sufre de depresión.
De acuerdo con la doctora Lilia Uribe, directora del HNP, ante el incremento de casos reportados en menores de edad, surgió la necesidad de un modelo terapéutico diferente para atender este tipo de población, por eso se crearon casas exclusivamente para brindar apoyo a menores de Pavas, Talamanca y Limón. Según Uribe, escogieron esas comunidades porque tienen mayores índices de violencia, drogadicción, homicidios y suicidios.
Los pacientes son referidos por las escuelas y asisten una vez a la semana; permanecen un promedio de cuatro horas y alternan con el horario de la escuela y el colegio. El programa cuenta con educadores del Ministerio de Educación Pública y el personal de psicología, enfermería y terapia ocupacional de la CCSS. En el peor de los casos, la depresión puede desembocar en suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años.
Según las autoridades de la Caja, se pretende ampliar la opción de tratamiento para abarcar más niños de zonas en riesgo como Desamparados, Goicoechea y Hatillo, incluso aquellos que están fuera del sistema educativo.
Durante la permanencia en el programa, los niños juegan, cantan, bailan, se divierten, comparten, analizan y escuchan, sin darse cuenta de que están trabajando bajo un modelo de atención que les ayudará a enfrentar su entorno de riesgo.
La doctora Laura Chacón, coordinadora de esta iniciativa, expresó que el modelo se basa en tres ejes: el educativo, el creativo y la escucha, donde el menor encuentra un lugar para aprender, demostrar sus habilidades y sobre todo ser escuchado por psicoterapeutas. El programa empezó con 17 pacientes y ahora atiende a 500.
SEÑALES QUE AVISAN
La directora del HNP explicó que la depresión es antecedida por una etapa que se denomina distimia, cuya causa se desconoce, pero puede tener señales similares a la depresión. Entre estas, están:
• Bioquímica: Las personas con depresión pueden tener cambios físicos en el cerebro. Las sustancias químicas cerebrales llamadas neurotransmisores, que están vinculados con el humor, también pueden desempeñar un papel en la causa de la distimia.
• Genes: La depresión es común en personas cuyos miembros de la familia también presentan la condición y esto se repite en el caso de la distimia.
• Entorno: De nuevo, como con la depresión, el entorno puede contribuir a la distimia. Las causas ambientales son situaciones difíciles de enfrentar, como la pérdida de un ser querido, los problemas financieros y un nivel de estrés elevado.
RECONOZCA LOS SÍNTOMAS
• Sentirse triste sin motivo por más de 15 días.
• Pérdida de interés en actividades diarias.
• Tristeza, desesperación, falta de energía, fatiga, baja autoestima.
• Dificultad para concentrarse y para tomar decisiones.
• Autocrítica y rabia de forma excesiva.
• Disminución de la productividad.
• Sentimientos de culpa.
• Falta de apetito o impulsos de comer en exceso.
• Problemas del sueño.
• Evasión de actividades sociales.
Fuente: HNP
