“A nuestro juicio, los argumentos del Conassif para la intervención de Bancrédito no son de recibo y así se lo hemos externado”, señalaba ayer el ministro de la Presidencia Sergio Alfaro, tras enterarse del proceso.
A su criterio, la valoración de una entidad que no hace intermediación financiera no puede fundamentarse en indicadores y análisis concebidos para intermediarios financieros, que sí la llevan a cabo de forma regular.
Alfaro subrayó que lo esencial de una intervención bancaria es proteger a sus ahorrantes e inversionistas, y en este caso no los hay.
“A partir de hoy, el interventor asignado, así como la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) y el Conassif asumen la responsabilidad y consecuencias que genere esta intervención”, sentenció Alfaro, y calificó la gestión de “ilegal”.
Al parecer, con estas declaraciones el Gobierno mantiene su posición de que todo iba bien con Bancrédito.
Lo anterior pese a que la entidad venía arrastrando pérdidas desde hace meses y ya empezaba a comerse su patrimonio.
Alfaro justifica su posición en que el único acreedor con el que el banco tiene deudas a la fecha es el Ministerio de Hacienda (por el orden de ¢128 mil millones), pues ya había cancelado sus obligaciones con todos los otros ahorrantes e inversionistas.
También acotó que la intervención resultaría más costosa, prolongada y gravosa que el proceso de salida de intermediación.
“Es muy probable que la intervención desencadene en una pérdida de valor de la cartera de crédito que aún tiene el banco como activo y, además, hará que se prolongue el pago de la deuda con el Ministerio de Hacienda, lo que impactará el déficit fiscal, aumentándolo en aproximadamente un 0,3% del Producto Interno Bruto”, aseveró Alfaro, e insistió en la transformación de Bancrédito en un banco de fomento.
Otro argumento de Zapote es que, desde que dicha entidad salió de la intermediación financiera, venía pagando todas sus deudas.
La institución entró en crisis ante incumplimientos de pago de grandes deudores de préstamos bancarios y, desde que en mayo se le quitó la labor de intervención financiera, venía en picada.
Como es sabido, Bancrédito había cerrado todas las cuentas del público y devuelto a sus propietarios la totalidad de los fondos que resguardaba para ellos, menos a Hacienda, como si se tratara de un proceso orquestado.
Según Casa Presidencial, la intervención de Bancrédito no tendrá efectos sobre ningún otro banco del sistema financiero y por eso hicieron un llamado a la calma a todos los ciudadanos.
PERIODISTA: María Siu Lanzas
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Sábado 23 Diciembre, 2017
HORA: 12:00 AM
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