Cumpla sus obligaciones antes de irse de fiesta

Editorial

Los vientos fríos de los últimos días, la gente en la calle haciendo compras, los centros comerciales y los restaurantes abarrotados y que muchos anden vestidos con colores alusivos a la época festiva nos deja entrever que ya oficialmente llegó la Navidad.

A esto hay que sumarle que ya las casas y oficinas tienen ese olor característico a ciprés, las luces de colores y los villancicos, además el tránsito aumenta. Eso nos hace sentirnos ya casi en Nochebuena, lo único que les falta a muchos para sentirse enfiestados es el famoso aguinaldo.

Eso no está mal, pues diciembre es catalogado como un mes de fiestas en el mundo. Hay banquetes, regalos y excesos por la gran cantidad de dinero que circula entre salarios, pagos de ahorros anuales y el aguinaldo.

No obstante, también es el mes de la amnesia temporal, pues muchos dejan de lado sus compromisos financieros por excederse en sus compras o para tomar más de la cuenta.

Un claro ejemplo de esto fue el pasado fin de semana, cuando los comercios tuvieron su viernes negro. Las personas llevaban en sus carritos de compras cosas que a claras luces no necesitan, pero de igual forma ahí lo echaron; gente cambiando pantallas sin cerciorarse si les va servir con el paso a la era digital.

Definitivamente, este mes nos transporta a otra dimensión, la algarabía se apodera de los hogares, los sitios de trabajo y las calles en general, por lo cual dejamos de lado decisiones y situaciones importantes.

En medio de tanta “felicidad”, pocos se detienen a meditar lo que realmente implica la Navidad, ya que, ante el consumismo desmedido y la superficialidad, muchas obligaciones se dejan de lado.

A pesar de que Navidad y todo diciembre debe ser un mes de fiestas y mucho compartir con los seres queridos, no nos podemos olvidar de nuestras obligaciones.

Esto lo deben tener claro tanto los trabajadores como los dueños de las empresas que deben solventar el pago del aguinaldo, pues sus colaboradores se han esforzado todo el año esperando ese decimotercer salario para que luego no les salgan con un domingo siete.

La mayoría de los ticos se aboca a comprar desmedidamente, comer sin límites e ingerir licor; en fin, satisfacer sus deseos más exquisitos, sin detenerse un minuto para pensar que hay muchas familias y personas que necesitan ayuda, apoyo o al menos una mano amiga.

La Navidad tiene un solo sentido: es la llegada al mundo del milagro del amor, el nacimiento de Jesús. Lejos de los números y el calendario, diciembre encierra miles de sentimientos y emociones que valdría la pena compartir tanto con los más cercanos como con quienes poco o nada poseen.

Cuide sus finanzas, no permita que el comercio las consuma, no deje que las malas decisiones lo pongan en aprietos de cara al nuevo año. Analice detenidamente qué tiene, necesita y desea.

Haga una lista de prioridades y destine así parte del dinero. Que no sean las fiestas decembrinas la excusa perfecta para dejar de lado las responsabilidades, no es solo comprar regalos, recuerde sacar primero el dinero de los seguros, marchamos, deudas con tarjetas, comedera y demás deudas si las tiene.

No deje que los aires navideños y la locura del consumo y el dinero lo conviertan en un zombi. Piense en sus compromisos familiares, laborales y ciudadanos, de seguro esta es una buena época para salir de la rutina, llenarse de nuevos bríos y emprender con ansias el año venidero.

Recordemos que la situación económica en el país está difícil, no sabemos en qué momento la cosa se va a poner peor y lo ideal es que tengamos un respaldo ante cualquier emergencia.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 27 Noviembre, 2017

HORA: 12:00 AM