Viernes 17, Mayo 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

La ciudad y la lluvia

Jaime Hernández

Ah, la soledad del conductor. Por muy bien acompañados que la vida nos tenga, de repente nos deja abandonados en medio de la nada, solos, como cuando compareceremos frente al creador.

Esa noche regreso de mi acostumbrado viaje a Heredia en que visito a mi familia y que tanta buena energía me da. Como comprenderán ese viaje de 50 kilómetros tan frecuente me ha hecho especialista en presas. Pongo mi colección musical que creo que solo yo entiendo y gozo, pues una lista de reproducción es muy parecida a una serie de visitas al psicólogo, y allá voy sorteando todas las dificultades que esa corta distancia ofrece al conductor durante las largas horas que llamamos pico, porque no hemos dado con un nombre capaz de contener semejante ignominia. Llovía mucho y Circunvalación era un infierno. No les voy a contar porque todos hemos estado en esas. El pequeño automóvil que se pasa constantemente de carril, las mil y una motocicletas que aparecen a ambos lados del carrito que conducimos y que no hay espejo retrovisor capaz de anunciar, el autobús o furgón que se detiene a media calle o algún peatón que decidió que los puentes peatonales son una pérdida de tiempo. O sea que todo iba como va siempre y solo una mente sagaz es capaz de sobrevivir aquello. 

Pues ahí iba intentando sostener en mi cabeza la razón del viaje y el sabor del café reciente junto a los míos. Solitario entre aquel montón de humanidad. Ya había superado la rotonda de Zapote y me dirigía lentamente hacia ese laberinto de semáforos creado por quienes no han sabido terminar de construir la Florencio del Castillo con un ritmo de dos carriles un carril dos carriles un carril dos carriles un carril que pone a prueba la salud mental de cualquiera, ¿me siguen?, cuando de la nada aparece con impulso un enorme carro con múltiplos de cuatro y da con el mío con furia, con entusiasmo, en la locura de aquel diluvio de las siete de la noche. Freno. Me aseguro de estar bien. Bajo ventanilla. Trato de saber qué pasó. Lo normal pero en medio del diluvio. 

Nada. Hay un vehículo incrustado en la parte trasera de mi carro y no aparece el responsable. Se mantiene encerrado en su cabina y no logro ver qué o quién es. Gracias a las escobillas en movimiento veo una mujer que nerviosamente habla por su celular mientras el agua empapa mi ropa y zapatos. (No me voy a quejar por esto porque Nate hizo cosas mucho peor a nuestra gente.) No quiero hacer lo mismo y encerrarme yo. Hago las llamadas de rigor y espero reacción de la conductora bajo la lluvia. 

- ¡Ay, señor perdone! Es que se me resbaló la sandalia. Fue lo primero que oí. 

Todo se arreglaría como corresponde después de noventa minutos de llevar agua. Conocí marido e hijo de la conductora quienes tuvieron tiempo de llegar desde lejos. He quedado sin carro por un mes, más o menos, pero en aquella soledad uno un poco maldice el transporte público que nos tocó vivir, el diseño de señales y calles que nos han heredado, la provinciana idea de ciudad que insisten que tengamos quienes deciden por nosotros. 

Fue solo un pequeño accidente, pero tuve tiempo para preguntarme qué deseamos para lo que viene. ¿La pequeñez de ideas y resoluciones que nos van encogiendo poco a poco? ¿La soledad bajo la lluvia en medio de la noche? En fin, ¿seguimos transitando por dos carriles un carril dos carriles un carril? ¡Vaya, qué género de pregunta es esta!

PERIODISTA:

EMAIL:

Martes 07 Noviembre, 2017

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA