Si siempre hay que pagar, ¿por qué no se va ahorrando?
Editorial
Cada vez que llega la última semana de octubre, todos los propietarios de vehículos automotores empiezan a comerse la uñas porque no saben cuánto tendrán que pagar de marchamo, a pesar de que ya se sabe que todos los años hay que cancelarlo.
Este es el dolor de cabeza de muchos, porque casi se les va el aguinaldo al desembolsar el dinero, en caso de que no hayan ahorrado para esto durante el año, en especial este 2017, cuando ha circulado que, por ejemplo, a los motociclistas les subirá bastante.
Sabemos muy bien que ahorrar es difícil, pero si todas las semanas se guardara al menos ¢500 o ¢100, algo se podría tener para cuando sale el cobro en noviembre y ya no se haría tan pesada la inversión que se debe efectuar para cubrir este pago, pues hay que ser realistas, el rubro se torna bastante alto en comparación con el resto de Centroamérica.
Los conductores se sienten más que engañados, pues durante varios Gobiernos se ha prometido que harán algo para que no sea tan caro y que se cobre lo justo, sin embargo, aquí todos seguimos esperando que pase eso, lo cual resultaría beneficioso para la población.
Desde 2015, se ha hablado de un famoso proyecto por parte del Ministerio de Hacienda para reformar el impuesto a la propiedad de vehículos, pero luego de dos años sigue siendo una promesa, pues no ha pasado nada.
Esperemos que tengan motivos de peso para no haberse movido y no que sea porque con este cambio se impactaría en un 70% el cobro del marchamo, situación que tal vez haría que los conductores cancelen a tiempo y así no anden circulando sin este requisito.
Aparte del precio, los conductores critican el destino de los dineros, pues se dice que parte de lo recogido se usa para reparar las carreteras, no obstante, en muchas partes seguimos viendo los mismos huecos o panzas, pues los arreglos que hacen son como de mentiras.
Otros rubros que se cubren consisten en capacitaciones en seguridad vial y para vida silvestre. Nos preguntamos entonces si de verdad a esos dineros se les da un buen uso, pues, como no se sabe en qué se gastan, los ciudadanos debemos creer a ciegas.
Se supone que, si usted tiene un carro de equis año, conforme pase el tiempo deberá pagar menos porque se deprecia, sin embargo, en Costa Rica las cosas no funcionan así, pues los encargados de hacer los cálculos toman como referencia algunas páginas de venta de autos y por ende los precios resultan más altos, situación que afecta a quienes deben pagar marchamo.
Hacerlo de esta manera es muy informal, porque en estas páginas los vendedores ponen precios antojadizos, sin que nadie regule la materia, perjudicando a quienes pagan sus obligaciones. Se debería tener una fórmula que refleje los costos reales de los vehículos, tomando en cuenta que, conforme pasa el tiempo, los vehículos valen menos por el uso, el deterioro y porque no son modelos del año.
El monto del marchamo incluye varios rubros, uno de ellos, el seguro obligatorio. Este es otro de los puntos que genera más de un enfrentamiento todos los años, porque los motociclistas siempre están en desacuerdo con el monto que deben cancelar, sin embargo, muchos no toman en cuenta la imprudencia que muestra la mayoría de ellos.
Creemos que este año no será la excepción, pues se rumora que el incremento para los motociclistas será de ¢9 mil, situación por la que de fijo se tirarán a las calles para protestar, pues aseguran que es muy alto.
Todos los años realizan protestas para que les bajen el monto, sin tomar en cuenta que por lo general el pago no cubre la atención médica que reciben en caso de accidentarse, pues los percances que sufren son bastante graves y casi siempre quienes llevan la peor parte son los motorizados, pues no tienen carrocería que los proteja.
No se puede generalizar que todos, pero parece que la gran mayoría de motociclistas no piensa en que, cuando hay un choque, ellos tienden a llevar la peor parte.
Hay que andar en la calle para ver lo mal que manejan muchos de ellos, se meten por todo lado sin importar si hay campo o no, algunos hasta viajan sin cascos ni ninguna protección y además a eso hay que sumarle que montan gente como si tuvieran una limusina, lastimosamente casi siempre a niños.
Todo lo anterior provoca que se cierre el año con pérdidas por ¢1.500 millones o más, pues se les debe prestar atención médica en caso de percances, a pesar de que el monto que pagaron por concepto de seguro no les cubra, situación bastante injusta para quienes tienen otros vehículos y cancelan dinero por algo que no reciben.
Los ticos deberíamos hacernos a la idea de que en diciembre hay un pago que no podemos evadir y este es el del marchamo, por eso lo ideal sería que busquemos la manera de ahorrar para solventarlo o por lo menos no tener que sacar tanta plata. Al parecer, en Costa Rica ese es el precio por andar cómodos en vehículo propio.
Después de tantos años los ticos no nos hemos dado cuenta de que el marchamo es como los tamales, el queque navideño y el árbol de ciprés: no puede faltar en diciembre, así que ya deberíamos hacernos a la idea e ir ahorrando para que al final no pegue tan duro sacar el dinero de un solo.
