Amigos y enemigos sobran en las redes
Editorial
No importa la edad, sexo, raza, credo religioso ni oficio, el uso de computadoras, tabletas y teléfonos celulares ha revolucionado la forma de hacer las cosas y permite a la humanidad acceso a todo tipo de información y comunicarla de manera hasta antojadiza.
Con el paso del tiempo la tecnología de la información se ha convertido no solo en una herramienta para el estudio y el trabajo sino también en una forma de vida.
Aunque parezca extremo hay quienes en la actualidad no pueden desarrollarse sin tener entre manos un dispositivo electrónico que los conecte con el ciberespacio.
En esta revolución nacen las redes sociales, esos sitios donde confluyen amigos, familiares, compañeros de trabajo, conocidos y de vez en cuando desconocidos. Se convirtieron en el mejor de los centros de reunión a lo largo y ancho de todo el mundo.
Las cartas hechas a mano pasaron a la historia, en parte fueron desplazadas por los correos electrónicos y ahora son la vía de comunicación oficial para millones de personas.
Las redes sociales constituyen hoy un foro de convivencia casi que exigido a la sociedad porque a quienes aún no entran en la era de los perfiles los catalogan como anticuados, desfasados y poco tecnológicos.
No todo es color de rosa y aquello que podría ser la máxima expresión del relacionamiento social en tiempo y espacio, derribando las fronteras y las barreras, es también un arma de doble filo que trae serias consecuencias.
Las cifras lo demuestran, 30 de cada 100 jóvenes son víctimas de acoso por las redes.
Es decir, una tercera parte de los usuarios corre peligro, según un estudio realizado por Eset Latinoamérica, compañía global de soluciones de software de seguridad que da protección contra amenazas informáticas y tiene oficinas centrales en Bratislava, Eslovaquia.
Penetrar en el ciberespacio no es tan confiable, por el contrario, la penumbra de los “nicknames” pone en serios riesgos a los usuarios.
Si bien durante años se ha conversado sobre el acoso en sus variadas manifestaciones, el avance de la tecnología informática también lo heredó.
El victimario encontró un foro especial para perpetrar tan molestos hechos, con solo un clic y aprovechando la densidad de la red puede acosar sin límite alguno a sus víctimas, asunto que resulta tan fatal que hasta puede provocar la muerte.
Los principales sitios donde se registraron los abusos según la empresa fueron Facebook, Twitter y Google+. Un 82% de los menores acosados reveló no haber contado a nadie sobre dichas experiencias.
El ciberacoso es una tendencia creciente en la web, la falta de legislación en la materia impide tomar acciones legales contra quienes abusan del recurso.
En Costa Rica la situación no es ajena, el maltrato en las aulas ya está en las redes sociales, desde ahí los alumnos son capaces de insultar, amedrentar y amenazar a sus compañeros, incluso hasta de hacer ofertas de servicios sexuales.
Ante situaciones como estas y el auge del ciberbullying los padres de familia deben actuar de inmediato para evitar que sus hijos sean blanco de los hostigadores.
La inevitable y acelerada forma de interactuar que permiten las redes también son el foro perfecto para promover conductas poco deseadas, desde estas se manejan negocios de prostitución infantil que hacen uso de escolares y colegiales.
Las redes sociales pueden ser buenas aliadas, pero también un enemigo peligroso.
