El fútbol sala tico le abre los brazos al técnico campeón del mundo Diego Giustozzi, quien compartirá sus conocimientos modernos de la disciplina con los entrenadores del país.
Giustozzi, a quien comparan con el brillante timonel de fútbol once César Luis Menotti, impartirá una clínica en Costa Rica el sábado y domingo en Heredia. La clase será teórica y práctica.
Diego, quien fue jugador profesional, conversó con DIARIO EXTRA vía telefónica desde Buenos Aires, justo cuando terminaba de hacer las maletas para tomar el avión con destino a Costa Rica.
Lo ilusiona exponer los muchos conocimientos que posee como técnico estudioso y analítico que es de la disciplina. Se declara un ganador de raza pura y no negocia la disciplina, que considera la base del éxito.
Tuvo la suerte de aprender de los mejores como cuando fue a estudiar al Real Madrid del chileno Manuel Pellegrini, al Barcelona de Guardiola, a la Roma de Luis Enrique, tuvo muchas conversaciones con Gerardo “Tata” Martino y de otros grandes técnicos.
De todos echó algo en su saco porque le gusta aprender ideas innovadoras y plasmarlas en sus equipos. Por eso como reza el dicho, “el que está al lado de los mejores se vuelve el mejor”.
Giustozzi conmocionó a toda Argentina con el título mundial que consiguió en Colombia 2016, las televisoras alcanzaron un puntaje de rating que nunca antes había conseguido el fútbol sala. En la final Argentina derrotó 5-4 a Rusia y como dato llamativo Costa Rica fue la única selección a la que no pudo vencer, pues el tercer partido del grupo E terminó 2-2.
Habló bien del futsal de Concacaf, colocando a Costa Rica y Guatemala en un primer peldaño. “Concacaf ha mejorado mucho, que hoy Costa Rica y Guatemala marcan el camino del resto y ojalá que sean un espejo donde las demás ligas puedan mirarse y seguir mejorando. El futsal mundial necesita de Concacaf, así que esperemos sigan mejorando”, respondió el campeón del mundo a El Periódico de Más Venta en Costa Rica.
Raúl Giustozzi, padre del timonel, es director de la escuelita de fútbol Ángel Labruna de River Plate desde hace más de 30 años y su madre Alicia García es profesora de tenis. Se entiende por qué Diego es un apasionado del deporte.
De hecho, en la niñez su deporte predilecto era el tenis, compitió a nivel nacional e internacional y fue tercero del ranking.
“Yo creo que me hubiese ido mejor en el tenis que en el futsal. En las fotos de chico estaba siempre con una raqueta en la mano. Viajé mucho y no tenía la cabeza competitiva que tengo ahora. Además las derrotas las sufrís solo porque es un deporte muy individualista.
Un día perdí un partido, que no podía haberlo perdido nunca, y le dije a mi papá que no jugaba nunca más al tenis por la calentura que tenía. Tenía ocho o nueve años y lo dejé de jugar por más de 15 años”, dijo meses atrás a un medio argentino.
Estuvo en las ligas menores del River Plate y se combinaba entre el fútbol once y futsal hasta que este último lo cautivó. Militó en ligas top como Italia y España, además de ser uno de los mejores jugadores de futsal de su país.
Con esas bases se inició como entrenador, llevando a Argentina al título mundial.
Alaba la estructura del futsal tico y el crecimiento que muestra. “De Costa Rica conozco mucho. Hizo la preparación de las eliminatorias en Argentina y en el mundial fue al único equipo que no le pudimos ganar. Le agregaron a la técnica individual un orden táctico que la hace una selección importante”.
Cuando le mencionaron la oportunidad de venir al país a compartir sus conocimientos no lo pensó dos veces. “Siempre estoy en contacto con la gente de Costa Rica porque nos hemos cruzado muchas veces, me lo propusieron y tengo tan buenas referencias del país que me gustó la idea”.
¿Cómo define al jugador tico? “Es técnico y físico, cuando logren agregar a esas cualidades la táctica individual y colectiva serán una selección que dará mucho de qué hablar”.
Considera que para que una selección de Concacaf pueda coronarse campeona del mundo “no pasa por una cuestión de confederación sino de federación. Para poder ser campeón del mundo la liga local tiene que ser profesional y de una muy alta cualidad fisica/técnica/táctica y creo que ahí sacando cuatro o cinco países los demás corremos desde atrás”.
CAMPEÓN DEL MUNDO
El título del mundo condujo a Giustozzi a convertirse en uno de los técnicos más respetados en su país y a nivel mundial. Su vida dio un giro de 180 grados a nivel profesional, pues ahora su agenda pasa más llena.
“A nivel profesional mi vida cambió bastante, me estoy dando cuenta todos los días lo que significa ser campeón del mundo y los tiempos para mi vida personal han cambiado mucho debido al trabajo que tengo después de haber ganado el mundial, pero pienso que todo lo que me está pasando es por una causa que era mi sueño, así que bienvenido sea”.
También todo lo que dice ahora cobra un peso mayoritario. Un día dijo que en su equipo Messi no tendría cabida y resultó un escándalo.
“Estoy convencido de que un jugador de futsal no puede jugar en la élite del fútbol y un jugador de fútbol no puede jugar en la élite del futsal. El futsal es distinto en muchas cuestiones. A ver... Está claro que Messi puede jugar de lo que quiera porque es de los mejores deportistas de la historia, pero son dos deportes totalmente distintos. Con esto te respondo la pregunta: si me ponés en un partido de futsal a Messi, al Kun Agüero, al Pipita Higuaín y Mascherano y del otro lado a los cuatro titulares de la selección nuestra, si tuviera un dólar, lo apuesto por la selección de futsal”.
Desde el éxito en el mundial de Colombia 2016, Giustozzi intenta llevar la misma vida que antes de ese evento. “Me mentalizo todos los días por seguir siendo el mismo de siempre, trato de seguir aprendiendo como entrenador y de no olvidarme de mis valores como persona...
Sé muy bien cómo es el deporte y hoy me toca estar muy bien, pero sé que algún día las críticas llegarán y también tendré que estar preparado para ese momento”.
