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Deportes

Al Borde del ring

El ocaso de Joe Louis ante Rocky Marciano ( III PARTE)

El joven Marciano destrozó para siempre los sueños de retorno del gran “Bombardero Moreno”. Joe Louis yacía boca abajo en una mesa de masaje. Su oreja derecha la tenía recostada sobre una toalla doblada mientras su mano izquierda estaba hundida sobre un balde de agua helada. Con un trozo de hielo trataba de suavizar un golpe recibido en su oído izquierdo. Vestía una vieja bata color azul y rojo—La prenda lucía desteñida y los colores de la sedosa se mostraban opacos. –A un lado, un sobretodo, era el marco total del camerino.       Ello ocurría media hora antes de la medianoche del 26 de octubre de 1951.   Se mostraba igual al 4 de julio de 1934, cuando Joe Louis, se inició como boxeador profesional efectuando su primer nocaut a Jack Kracken en la ciudad de Chicago, por la irrisoria suma de $50. Esa noche sucedió hace mucho tiempo… volvió a repetirse en diferente fecha. Por 17 años, tres meses y 22 días, Joe Louis, “El Bombardero de Detroit”, boxeó por dinero. Ganó millones. Ahora, la fuerza de sus brazos que le sirvieron para salir adelante en muchos combates ha decaído. Un hombre joven, Rocky Marciano, lo venció en una pelea franca finalizando así, la otrora gran carrera pugilística del que fuera ídolo del ring. La historia llegó a su final. Todo terminó, excepto…. Bueno la historia terminó exceptuando la comparación del tiempo. Veamos, Joe Louis, se encontraba a lo largo de la mesa de masajes en su camerino de las “catacumbas” del Madison Square Garden… que en una oportunidad marcó su inicio. Ahora allí mismo llegaba el final de su carrera. La memoria aún está fresca. Recordemos los viejos tiempos del pasado de Joe en su vestuario. Siempre se le veía sentado, dispuesto. Respondía a todas las preguntas de los periodistas con su parsimoniosa y lenta voz. Ahora, volviendo al presente, él se encontraba acostado, completamente agotado… destruido… viviendo su derrota final. Su rostro lucía descompuesto, con su cabeza sobre la mesa de masajes, expresando palabras con torpeza. Los hombres de la prensa, arrodillados, como suplicándole, habían formado un pequeño semicírculo y acercaban sus oídos lo más cerca posible de los labios del otrora campeón, querían escuchar algo de él. Percibieron que dijo: “Marciano es un gran boxeador, ha vencido al mejor”. Joe no se percataría hasta el lunes que esa pelea había sido su último combate. Después, Joe comentó que nunca había perdido el sentido cuando Marciano le golpeó y mandó entre las cuerdas y el árbitro Ruby Goldstein, de inmediato detuvo el combate. Al respecto dijo: “Si hubiese caído en el centro del ring le hubiera contado los diez segundos, pero al estar enredado entre las cuerdas, opté por finalizar el combate”. El demoledor golpe de Marciano se consideró igual al de Marx Schmeling quince años antes, en la otra noche en Joe fue vencido. “Este muchacho”, dijo Joe, “Me ha noqueado con solamente dos golpes. Schmeling con cientos de golpes”. “Pero”, continuó Joe, “En aquellos días tenía escasos 22 años, lo que me daba facultad de lucir un mejor físico, comparados con los actuales tiempos”. 

¿Su edad influyó esta noche?  Los ojos de Joe estaban cerrados. Apenas respondió sacudiendo la cabeza. Una multitud repletaba el camerino. 

 

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

CRÉDITOS: Orlando Hernández

EMAIL: [email protected]

Sábado 30 Septiembre, 2017

HORA: 12:00 AM

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