Hace 11 años el defensor liguista Darío Alfaro se puso la camisa rojinegra por primera vez. En aquella oportunidad era un niño de 9, un equipo de las divisiones menores de Alajuelense llegó a su pueblo, Carrillos de Poás, para jugar un partido, ahí le pusieron el ojo y lo invitaron a hacer una prueba.
Desde ese momento se quedó en el club que ahora lo catapulta. Cuando estaba en el U-15 lo dirigió Wilmer López, quien ahora le da el respaldo para competir al más alto nivel en la primera división.
El inicio de campeonato fue complicado, con Benito Floro solo jugó 29 minutos en 4 partidos. No obstante, desde que López le anunció que iba a ser titular en el clásico, no ha salido del terreno de juego ni un solo instante.
“Estoy muy agradecido con Wilmer, esto lo tomo con la seriedad del caso, con la mentalidad de sumar siempre de 3 puntos, ya sea en casa o de visita”, mencionó el zaguero central. Recordó que con el español veía todo bastante cerrado y por un momento pensó que iba a ser muy complicado jugar.
REALIDAD
Alfaro es el único jugador de la cantera que tiene proyección de consolidarse en este certamen, así lo muestra su rendimiento. Él recuerda que llegar hasta aquí no ha sido sencillo, el esfuerzo de sus papás tiene un valor incalculable.
“Desde pequeño teníamos que ir a diferentes canchas en San José y otros lugares a entrenar, en mi casa nunca hemos tenido carro, por eso andábamos en bus, mi mamá (Mayela González) era la que siempre me llevaba, teníamos que ingeniárnoslas para estar siempre a tiempo”, comentó.
Aún sigue movilizándose en bus, pues con emoción le contó a DIARIO EXTRA que en máximo dos semanas le entregan el carro que compró, pero debe tener paciencia para manejarlo, ya que todavía no tiene licencia.
El vehículo no solo será un desahogo para ir a los entrenamientos del equipo, sino también para cumplir con sus estudios, ya que cursa la carrera de ingeniería en sistemas, de igual manera está en un instituto aprendiendo inglés.
Lo ascendieron al primer equipo el torneo pasado y asegura que el mejor momento que ha vivido con la Liga fue el clásico anterior. “Cuando me dijeron que iba a jugar sentí de todo un poco, lo primero que hice fue contarle a mi familia. Fue muy emocionante porque el estadio estaba lleno, la gente muy metida en el partido, los compañeros me respaldaron demasiado, sabía que podía hacer las cosas bien”, adujo.
Su meta es terminar de consolidarse, la ilusión de levantar el título de campeón se mantiene latente, afirma que ese es un gran sueño, por el momento trabaja fuerte para hacerlo realidad. Mientras eso sucede, sigue disfrutando de su familia, tal como este martes que estuvo libre y dedicó la mañana a visitar a su abuela y jugar “play” con su hermano Franklin.
PERIODISTA: Andrés Zárate Sánchez
EMAIL: [email protected]
Miércoles 13 Septiembre, 2017
HORA: 12:00 AM
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