¡Y se entregó la Escuela Nacional de Policía!
Marcela Chacón*
Confieso que me sentía como un pavo real durante la ceremonia de entrega y me parecía increíble estar escuchando las palabras de cada una de las personas que estuvieron en el podio ayer en la mañana. Inmediatamente vinieron a mi memoria todas las reuniones, discusiones y diseños en los que tuve la oportunidad de participar durante los últimos quince años relacionados con la construcción de una nueva Escuela Nacional de Policía, y pensé también con enorme orgullo en las distintas mujeres valientes y visionarias que comparten conmigo el título de “madre” de este monumental proyecto: doña Lineth Saborío en sus años como Vicepresidenta, con quien visité varias escuelas de policía en la región para comenzar a desarrollar una propuesta; doña Ana Helena Chacón, cuya identificación con los cuerpos policiales fue siempre genuina; doña Janina Del Vecchio, quien continuamente insistía en la necesidad de dotar a la policía de un centro de estudios de alto nivel; doña Laura Chinchilla, empeñada desde el día uno de su gobierno en que dedicara mis mejores esfuerzos a cristalizar esta iniciativa; doña Bernardita Marín, quien se arrolló las mangas para coadyuvar en los procesos administrativos y financieros y tantas otras que de una u otra forma parimos en conjunto el que hoy es el centro de estudios policiales más moderno de América Latina.
Aquellos edificios imponentes y listos para recibir a los nuevos reclutas me devolvieron varios años en el tiempo cuando visité no sé cuántas fincas con el Comisario Erick Lacayo, Director de la ENP, en busca de una propiedad idónea para este gigantesco proyecto, recorriendo potreros embarrialados y procurando imaginar lo que debía construirse. Las innumerables reuniones con los representantes del gobierno de China y de la Unión Europea en su calidad de donantes y el incansable e impecable trabajo de la Unidad de Proyectos y del Departamento de Planificación Institucional del Ministerio de Seguridad Pública, bajo el certero liderazgo del Comisario Lacayo, dieron como resultado la exitosa culminación de este complejo académico que no tiene nada que envidiarle a ninguno en el mundo.
Hoy, habiéndose cortado la cinta en el acto de entrega, espero que el Ministro Mata y su sucesor en el 2018 tengan el buen tino de mantener al Comisario Lacayo a la cabeza de la ENP, pues la institución se merece contar con su visión integral para implementar a partir de ahora una malla curricular acorde con las necesidades del país.
¡Chapeau, querido Comisario Lacayo! Me alegró verlo con la satisfacción que solo da el deber cumplido. Todos quedamos en deuda con usted.
Feliz martes a todos.
