José Fabio Pizarro Espinoza, exdirector de la Fuerza Pública que fue detenido por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en la entrada a Orotina, sobre la ruta 27, custodiaba un camión que transportaba 237 kilos de cocaína hasta una pista clandestina en Guanacaste.
Fuentes relacionadas con las pesquisas manifestaron que una avioneta que debía cargar los paquetes que custodiaba el exjefe policial tuvo que marcharse de una pista de 1 kilómetro ubicada en Santa Cruz, donde apenas pudo reabastecerse de combustible.
Según Aviación Civil, Pizarro cuenta con licencia de piloto comercial de helicóptero que obtuvo en 2011 y para la que tuvo que pagar $800 (¢460 mil) por cada hora de vuelo, mientras que la licencia privada la sacó en 2009, a un precio de $350 (¢200 mil) la hora. Para obtenerlas debió volar 100 y 50 horas, respectivamente.
Trascendió que Pizarro voló en al menos dos ocasiones a Honduras, mientras que algunos allegados al grupo armado llamado Patrulla 1856, el cual entrenaba, aseguraron que tiene muchos recursos tecnológicos, económicos y su especialidad es el campo.
Las autoridades no descartan que el grupo armado que lideraba el exfuncionario de 51 años, quien hizo cursos militares en los Estados Unidos, tenga fincas en Limón y San Carlos que les servían de campos de entrenamiento y para afinar la puntería al parecer mataban novillos.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA, Pizarro custodiaba un cargamento de droga que transportaba un camión donde viajaban dos costarricenses apellidados Monterrey Potoy, de 42 años y vecino de Upala, quien no tiene expediente judicial, y el chofer Cantillo Mora, de 54 años, sin cuentas pendientes con la ley.
Además de un mexicano de apellidos Pineda Hernández, de 46 años y quien lleva dos años ingresando a suelo nacional como turista.
CON BOMBA SONORA
En la operación “Patria”, que llevaron a cabo los agentes de la sección de Estupefacientes del OIJ y la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS), fue necesario lanzarle una bomba sonora para detener al grupo.
El cajón del camión tenía un doble piso de madera y para despistar a las autoridades le rociaron tierra encima. Los paquetes de cocaína con el logo de Dubái y la foto de uno de los emblemáticos edificios de ese país iba en el fondo.
Las autoridades empezaron a investigar la agrupación en mayo de 2016, cuando interceptaron en la ruta 27 un microbús que transportaba 430 kilos de cocaína. En ese entonces detuvieron a un dominicano de apellidos De la Cruz Pepén y los costarricenses Mendoza Rodríguez y González Mojarret.
Michael Soto, jefe de la Oficina de Planes y Operaciones del OIJ, manifestó que en ese momento empezó el seguimiento a esa agrupación delictiva.
“A raíz de eso empezó una investigación donde se logró establecer la relación entre ese primer grupo y el que iba Pizarro, cuyo modo de operar era la movilización de alijos de cocaína en cantidades no mayores a 500 kilos.
La droga la llevaban a pistas clandestinas para sacarla en avionetas. El mexicano tenía entradas constantes al país, luego de que se le vencía el permiso para permanecer aquí como turista salía y luego regresaba”, explicó.
EVIDENCIA DE EXPERTOS
Tras la detención de Pizarro se decomisaron 1 GPS, 1 visor nocturno de largo alcance en zonas boscosas, 1 pistola 9 mm, 1 Beretta calibre 45 y radios de comunicación utilizados para comunicarse entre ellos si había presencia policial en retenes.
Jorge Torres, subdirector de la DIS, agregó que iniciaron las averiguaciones en otra fecha diferente a la del OIJ.
“La participación de nosotros nace en febrero con información que obtuvimos, la complejidad del caso fue tener al frente a Pizarro por su amplia preparación táctica operativa. En el transcurso del 2016 el caso bajó un poco y luego nos apoyamos con la policía judicial, el hecho de tener a un exfuncionario de Fuerza Pública es impactante”, reveló.
Torres agregó que siguieron combatiendo el crimen organizado. “El haber sido director de la Fuerza Pública genera mucha confianza en la gente de su alrededor, representa una figura de mando, todavía una jerarquía, hasta este miércoles respetable que nunca se le ha demostrado algo irregular.
A partir de ahí Pizarro era objetivo de nosotros, son fuerzas irregulares que pretendía entrenar, el currículum refleja lo preparado que es, piloto de helicóptero, manejaba armas de asalto, cerca de una pista de aterrizaje no hubiese sido tan fácil detenerlo, lo conocíamos bien, era el momento oportuno”, expresó.
RUTAS GARANTIZADAS
Para el jefe del OIJ Pizarro era un líder logístico operativo que garantizaba la llegada de los cargamentos hasta su destino final.
“Movía alijos entre San José y Guanacaste, además conseguía personas y vehículos para que la droga saliera de un lugar seguro, se moviera de igual manera y llegara a las manos correspondientes. Tenía conocimiento policial, de las rutas y del territorio nacional, era el jefe de un grupo que actuaba bajo sus órdenes”, comentó.
Soto agregó que los terrenos de las pistas eran complicados. En el suelo se manejaban muy bien, conocía la zona.
“Existen caminos entre el sur y el norte del continente, lo que implica que la estructura le vendiera al mejor postor y daba seguridad a los encargos de los narcos mexicanos o colombianos.
El grupo la recibía de otra organización y luego la movía en diferentes viajes, tenemos pistas identificadas en Guanacaste y las avionetas eran de grupos mexicanos de transporte que llegaban al país y se iban”, explicó.
CAMIÓN CON
ANTECEDENTES
El camión donde transportaban 237 kilos de cocaína es propiedad de un hombre de apellido Castillo y vecino de Sarapiquí. Fue utilizado para mover explosivos en la zona del Caribe y cuenta con 18 infracciones en el sistema de Seguridad Vial.
Los materiales peligrosos iban para una finca de entrenamiento ilegal, donde Pizarro y su gente afinaban tácticas para según ellos defender la soberanía nacional de invasores nicaragüenses.
En mayo de 2009 un helicóptero se estrelló en el Cerro de la Muerte, donde las autoridades judiciales detectaron en aquel momento que previo a la entrada de la primera patrulla ingresó Pizarro, lo que generó suspicacia, luego de que no se ubicara el GPS de la aeronave.
El OIJ confirmó que aún faltan por detener más miembros de esta organización criminal que recibió un certero golpe porque 1 kilo de cocaína en Colombia tiene un precio que ronda los $600 (¢345 mil), mientras que en nuestro país sube a $7 mil (¢4 millones).
Conforme sube al norte, el precio de la droga aumenta considerablemente. En los Estados Unidos cuesta entre $35 mil (¢20 millones) y $50 mil (¢28,7 millones), dependiendo del estado. De 1 kilo de cocaína sacan 10 mil piedras de crack que dejan ganancias por ¢10 millones.
Mariano Barrantes, director de Adaptación Social, aseguró que deben esperar la diligencia judicial que se lleva a cabo en los Tribunales de Liberia, donde determinarán el tipo de delito y el tiempo de prisión preventiva, en caso que sea esa la resolución.
