La situación económica de los taxistas a nivel nacional no es la mejor desde la llegada de Uber y ahora deben enfrentar una nueva preocupación, pues a partir del julio tienen que contar con taxímetros inteligentes.
Estos implementos, conocidos popularmente como “marías parlanchinas”, se instauraron en beneficio de aquellas personas no videntes, para que estas puedan estar seguras de que se les cobra el monto adecuado.
La inversión total por este aparato puede rondar hasta los ¢300 mil, algo que muchos aseguran no es posible pagar, aunque un gran porcentaje de la Fuerza Roja tiene tiempo hasta diciembre para obtenerla.
Así lo explicó Alexander Barboza, secretario general adjunto de la Unión de Taxistas Costarricenses (UTC), quien dijo que se calcula que esa situación es el tema de conversación entre los choferes.
“Es lamentable la situación ruinosa por culpa del gobierno y ahora nos salen con este domingo 7, es un regalo a la inoperancia en contra de empresas piratas como Uber”, expresó.
Barboza acotó que desde la llegada de Uber, hace dos años, han visto una disminución en sus ganancias que los mantiene sin solvencia económica para llevar a cabo una inversión de este tipo y están al borde de la bancarrota.
“El 85% de los taxistas en Costa Rica está a un paso de quedar en la quiebra, la inversión es muy alta, el gobierno nos exige mucho, pero en ningún momento nos han cumplido con la estabilidad económica y laboral que ellos nos deben”, sostuvo.
Originalmente, la normativa para este tipo de aparatos por parte del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) establecía que únicamente un 10% de las unidades debe contar con ese equipo.
Sin embargo, tras una orden de la Sala Constitucional y cambios en las normas del Cosevi, todos los taxis que operen en el territorio nacional deben tenerlo obligatoriamente.
Debido a esto, desde el Consejo de Transporte Público (CTP) manifestaron en enero que de no cumplir sería motivo para que no obtuviera la Revisión Técnica Vehicular.
“La no presentación de un taxímetro audible y con la correspondiente impresora será considerado como falta leve hasta el 30 de junio del 2017 y a partir del 1 de julio del 2017 el no cumplimiento de dicho requisito será considerado falta grave”, comunicó el CTP.
Cada taxista tiene un mes específico para asistir a Riteve (es obligatorio dos veces al año para ellos) y de no presentarse con este implemento no se les otorgará el comprobante, lo que pone en riesgo su operación.
DIVIDIDOS POR
MODERNIZACIÓN
Aunque muchos de los miembros de la Fuerza Roja aseguran que no están en condiciones para eso, otros dicen que es vital adaptarse al cambio para mejorar el servicio que dan y así demostrar que pueden ofrecer viajes de altura.
Tal es el caso de Randall Jiménez, de la empresa Taxis con Rampa, quien insistió en que Costa Rica cuenta con una gran presencia, es de los mejores en Latinoamérica y por eso deben cuidarse.
“Esta maría le da seguridad al cliente de que el servicio es correcto, permitiendo que incluso se controle mejor muchas cosas gracias a los tiquetes y aunque no es sencillo es algo que enaltece al transporte público”, comentó.
Otro que respaldó este proceso de implementación es Alexis Retana, de Taxis de Costa Rica, quien adujo se debe sacar el provecho a la situación y esto da credibilidad a su trabajo.
“Creemos que el modernizar el modelo de cobro es lo mejor que puede tener el taxista y el usuario, pues ambos tendrán comprobante en cada gestión que se hace, sabemos que la obligatoriedad es a partir de julio, pero es escalonada”, amplió.
Uber opera en el país desde agosto del 2015, aunque se ha dado la detención y decomiso de algunos de sus vehículos, siguen operando, algo que aseguran los taxistas ha afectado sus ingresos, disminuyéndolos hasta en 60%.
Esa falta de recursos, sumado a los gastos que deben realizar como el canon al CTP y a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), entre otros, son los motivos por los cuales insisten no pueden hacer un gasto tan grande.
