Posibles cambios en las fechas de siembra en el secano litoral del Pacífico Norte costarricense, uso de muros de retención de humedad y seguir con el modelo de siembra hacia la sostenibilidad de la producción son algunas de las medidas que toman los arroceros ante la llegada de El Niño.
La Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) se encuentra trabajando para contrarrestar los efectos en la cosecha de 2017 a nivel país.
Fernando Araya, director ejecutivo de Conarroz, comentó que coordina con los especialistas del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) en el estudio de los diversos escenarios.
Se estima que El Niño arribaría al país entre junio y agosto, con una disminución en las precipitaciones, principalmente en setiembre, cuando según los pronósticos el comportamiento en la distribución de las lluvias será irregular, normalizándose la situación en octubre y noviembre.
El Niño es un fenómeno que se presenta cada dos años y en 2015 impactó la siembra arrocera secana, dependiente de las lluvias, con gran afectación en la germinación y crecimiento de las plantas cultivadas en la Región Chorotega, donde también se ubica, entre Cañas y Bagaces, el distrito de Riego Arenal-Tempisque, en el que posiblemente se presentarán racionamientos en el nivel de las aguas circulantes en los canales sur y oeste.
Ante ese hecho, la Dirección de Investigación de la Corporación desarrolla una campaña de prevención en las regiones arroceras en secano, como la Brunca, Pacífico Central y Chorotega, donde en conjunto con la Huetar Norte y Huetar Atlántica cultivan aproximadamente el 70% de la producción nacional en secano, áreas que dependen de las lluvias.
“En cada una de esas regiones, Conarroz expuso a los productores las diversas tendencias esperadas sobre el comportamiento del clima, con o sin El Niño, impartidas por el ingeniero José Alberto Retana, funcionario del Instituto Meteorológico Nacional”, comentó el director de la Corporación.
Se busca el diseño de un mecanismo interinstitucional para el sector arrocero, que se comunicará próximamente a los productores de las regiones, principalmente en aquellas donde tendrá mayor impacto.
“Nos reunimos con el ingeniero Retana para analizar posibles escenarios, que podrían presentarse con la llegada de El Niño. Sabemos que será entre junio, agosto y que setiembre sería un mes con pocas lluvias. Una posibilidad es atrasar la fecha de siembra y apoyarnos en el uso de taipas para retener la humedad de las lluvias caídas en los últimos días en la zona, principalmente en la Península de Nicoya”, explicó Mendoza, director de Investigación y Transferencia Tecnológica de Conarroz.
PERIODISTA: María Siu Lanzas
CRÉDITOS: Foto: Archivo
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Sábado 27 Mayo, 2017
HORA: 12:00 AM
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