Los ámbitos B3 y B4 de la cárcel Vilma Curling, conocida como El Buen Pastor, es un hervidero, ya que un grupo de privadas de libertad de cada sector están agarradas por el poder en el trasiego de drogas y celulares.
Las autoridades reportan en los últimos días volada de mecos, apuñaladas, agresiones con agua hirviendo, que son ordenadas por las cabecillas, donde la policía, en algunos casos, guarda silencio.
Fuentes confidenciales aseguraron a DIARIO EXTRA que dentro de prisión existe una estructura criminal que ingresa todo tipo de objeto a cambio de pagos de dinero que se da afuera con parientes de las “jachudas”.
La transacción se hace en la calle, una vez que se ponen de acuerdo se realiza el depósito de entre ¢90 mil y ¢150 mil, dependiendo el modelo del celular y si lleva accesorios, en un número de cuenta que maneja la familiar de la reclusa.
Una vez plata en mano, el aparato le llega en las manos a la privada, quien previamente solicitó permiso a la jefa de ámbito, al parecer lo que pidan les llega.
Un jefe de la Policía Penitenciaria, que por temor a represalias nos reservamos su nombre, fue más allá de lo que sucede tras las rejas en los ámbitos B3 y B4.
“Los teléfonos que llegan en visita están con papel carbón, para no ser detectados, luego los forran con uno o dos condones y se los meten en la vagina o el ano, a mitad de semana cuando no está la canina. Nos gritan ‘corruptos’, ‘comprados’, ‘luego tendrán que meter más teléfonos’. Por dicha es un grupo pequeño el que se presta para eso”, recalcó.
El funcionario agregó que los controles para el personal son permisivos.
“Los choferes salen y entran del centro y nadie los requisa como se debe, solo dan el kilometraje y listo, los jefes siempre son los mismos para mantener el control de las irregularidades. En algunas ocasiones en las móviles metían droga por kilo en la cárcel Virilla durante mucho tiempo hasta que fue descubierto”, recalcó.
En cada ámbito hay alrededor de 60 reclusas, no se pueden topar y las que están amenazadas y deciden salir lo hacen con custodia en un lugar aparte del gimnasio en el aula 17.
CORRUPCIÓN CARCOME
Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria, aseguró que han sido transparentes e intervienen en los hechos de corrupción que se presentan.
“A los funcionarios vinculados con temas de droga o con ingreso de teléfonos y hasta vinculados con privadas los hemos detenido y abierto el respectivo proceso. No creo que las jefaturas estén vinculadas, del 2014 a la fecha se ha hecho un trabajo arduo donde no hemos tolerado la corrupción, hemos despedido funcionarios vinculados en hechos irregulares”, detalló.
Una privada de libertad sin identificar por razones de seguridad manifestó que la “paca” se presta.
“Durante todo el año se da el trasiego de drogas, licor y celulares con sus accesorios, en Navidad es una fiesta a lo interno y si hablamos nos cambian de centro penal. Las mismas privadas reciben llamadas de la oficialía avisando que se hará una requisa, se manejan números de teléfono de ciertas privadas, la policía se presta para pasar cosas”, explicó.
La garganta profunda aseguró que les pagan a adictas para que hagan el juego sucio, donde inclusive atemorizan a la policía y hasta les dan órdenes.
DIARIO EXTRA supo que dentro de prisión un puro de marihuana tiene un precio de ¢2 mil, mientras que ¢7 mil una punta de cocaína y en una ocasión se detectó que pagaron ¢350 mil por cinco celulares con sus respectivos accesorios que habían introducido en una taza de almuerzo un lunes durante el cambio de escuadra.
