No a un Gobierno complaciente con el régimen dictatorial de Maduro
Dr. Rodolfo Hernández Gómez*
Hace varios meses, los señores Expresidentes de la República se dirigieron respetuosamente al presidente Luis Guillermo Solís solicitándole que él y su Gobierno definieran una posición frente a los desmanes dictatoriales del Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. A la fecha de hoy, el Presidente no respondió la nota en una clara actitud de desinterés y descortesía para con los estimables exmandatarios.
Lo anterior reveló de una parte una novedosa conducta presidencial con la marca de un cambio radical en los principios tradicionales de nuestra política exterior que se ha abanderado siempre de una suprema vocación democrática, y de otra parte la posición transparente de los expresidentes procurando preservar los principios siempre defendidos por Costa Rica, de solidaridad internacional, defensa del sistema democrático y respeto profundo al ordenamiento jurídico interamericano, que prevé la sanción para gobiernos y regímenes como el de Maduro en Venezuela, en caso de que se incurra en abuso político y dictadura.
Dicho régimen ha concitado a las fuerzas más reprochables del hermano país para sojuzgarlo, en la miseria, el hambre, la violencia y la mediatización de los partidos políticos de oposición, poblando las cárceles de ese país de presos políticos, encarcelados a partir de juicios amañados bajo las instrucciones giradas a un Poder Judicial, instrumento de la bota del dictador Maduro que no da sosiego ni paz a su país, sin saciar además y de ninguna manera sus ansias de poder y de abuso, propias y las de sus acólitos, expulsando de aquel a quienes pueden salir al exilio y reprimiendo a lo interno a todos los que se le opongan, incluyendo a los medios de comunicación que han ido siendo cerrados uno a uno, para que el país permanezca incomunicado y con ello lograr el objetivo de su ilegítima permanencia en el Gobierno, que además desconoce y violenta a la oposición que sufre persecución y burla en el Parlamento democráticamente elegido.
En las últimas horas, los expresidentes Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez han sido claros con don Luis Guillermo Solís y ambos han afirmado, a distintos medios de prensa, nacionales e internacionales, que el Gobierno de la República debe de aclarar y definir su posición en forma determinante y definitiva, frente al régimen venezolano, indicando de que no caben las medias tintas y que además debe de abogarse por la aplicación de los alcances de la Carta Democrática de la OEA, para suspender a Venezuela de la organización y separarla de esta, de no celebrarse elecciones libres y en breve, como lo establece la Constitución de ese país, y todo ello hasta el restablecimiento de un Estado de Derecho, válido, legítimo y democrático en dicho país hermano. Posición con la que nos solidarizamos apoyando a ambos Expresidentes en su postura de manera total y en forma incondicional.
Además, el secretario general de la OEA, señor Luis Almagro, inició consultas diplomáticas con los Estados Miembros, en el propósito de resolver pronto, sobre la aplicación de dicha Carta Democrática y lamentablemente de nuevo el Presidente de la República ha dicho públicamente que Costa Rica no se pronunciará al respecto y que el Gobierno no abogará por la aplicación de las sanciones que proceden.
En virtud de lo anterior deseo externar -en ello y de nuevo- mi apoyo franco y claro a la posición de los expresidentes Rodríguez y Chinchilla, pero además insto y solicito respetuosamente al Gobierno de la República y al presidente de la República don Luis Guillermo Solís, para que no se congracie nuevamente, con los países miembros del Socialismo del siglo XXI, que a lo único que lo han llevado es a cometer errores diplomáticos como el del abandono de la Asamblea General de la ONU, el año anterior, lo que aún no nos fue explicado a los costarricenses y nos ocasionó pena y vergüenza nacional.
Es necesaria una definición valiente del Gobierno de la República y es la responsabilidad del presidente Luis Guillermo Solís encabezarla, pero con lealtad a los valores patrios de siempre en materia de política exterior, sean estos los de solidaridad, vocación democrática, y apego a las normas interamericanas, que inspiran a la Organización de Estados Americanos (OEA) y de los que Costa Rica siempre ha hecho gala, por su inalterable vocación democrática centenaria, tanto frente a regímenes de izquierda, como de derecha, o bien y simplemente frente a cualquier gobierno dictatorial, lo cual nos ha preservado un bien ganado prestigio mundial,en el concierto de las naciones, que no debe verse maltrecho por las preferencias ideológicas del Presidente.
*Candidato Presidencial PRSC
