El presbítero y vicario general de las Arquidiócesis de San José, Guido Villalta Loaiza, fue denunciado por un empresario josefino de dejar embrazada a su esposa y pagar una pensión de ¢3 millones por el hijo que no es suyo.
Lorena Araya Castro habría mantenido una relación sentimental y sexual durante más de 14 años con el religioso, según consta en el expediente 16-000582-0165-FA-6, del que DIARIO EXTRA tiene copia, mientras estaba casada con Marco Freire Fierro.
Según relató el afectado, hace 36 años conoció a Araya en Quito, donde estudiaba en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador.
“Me vine a casarme en la iglesia Don Bosco y el cura que nos casó por recomendación de la demandada fue el mismo Guido. Después del matrimonio nos devolvimos a Ecuador, donde vivimos cuatro años, y en agosto de 1984 regresamos a Costa Rica para vivir definitivamente.
Mientras estuvimos aquí quisimos procrear varios hijos, sin embargo tuve problemas por bajo conteo de espermatozoides, por lo que recurrimos al doctor Gerardo Escalante para que nos ayudara con fecundación asistida, pero no obtuvimos resultados positivos”, narró.
Este afligido empresario asegura que nunca sospechó nada del sacerdote y siempre confió en su buena voluntad.
“En el 2002 mi exmujer y el presbítero fundan la Casa Hogar San José diagonal a la iglesia del Perpetuo Socorro, en Sabana Sur, y dentro de la casa construyeron un apartamento para que viviera ahí el cura.
Ambos trabajaban juntos en la Casa Hogar hasta el 2006 que la demandada renunció, donde volvieron a tener relaciones amorosas y sexuales, y como fruto de ellas procrearon al hijo de ambos”, agregó.
AMOR DE JÓVENES
Freire fue más allá y en su declaración manifiesta que el amor nació antes de que contrajera nupcias.
“Por declaración expresa del sacerdote la primera relación la sostuvieron antes de 1980, o sea antes de casarnos y siendo menor de edad, donde era cura en la iglesia de San Pedro de Montes de Oca.
Mi mujer trabajaba como administradora y el cura director de la Casa Hogar, en uno de los esporádicos momentos que los visitaba ella me informó que se había hecho una inseminación artificial en el Hospital México con el doctor Teodoro Mangel y como producto de eso estaba embarazada”, agregó.
ACCIONES SOSPECHOSAS
Este esperanzado empresario no ocultó su alegría al recibir la noticia que iba a ser padre, era lo que habían planeado como pareja.
“Cuando nació el niño me convenció que pusiéramos como padrino de bautizo al sacerdote y con esa excusa llegaba todo el tiempo a nuestra casa, al punto que se quedaba a dormir y hasta íbamos a pasear juntos. Durante 14 años, edad que tiene el hijo de ambos actualmente, esto era por confianza que le tenía como representante de Dios en la tierra, cura que nos había casado hacía 35 años”, expresó.
Freire enfatizó en que se siente traicionado y fue un adulterio entre su mujer y el presbítero. “No podía tener conocimiento y aceptar que el menor no era fruto de inseminación artificial con donante anónimo, como me mintió desde un inicio, y en realidad fue producto de un adulterio.
Mi ex me dijo que al menor lo vacilaban sus compañeros de clase debido a que no crecía mucho, por lo que como pareja le realizamos exámenes para descubrir el problema de crecimiento, pero todo arrojó que estaba bien con el desarrollo”, aseguró.
TODO SE LE CAYÓ
El empresario agrega que con el médico Mangel investigó las características físicas y genéticas del donante anónimo que supuestamente usó para la inseminación.
“Cuál fue mi sorpresa que toda la historia de la inseminación artificial fue mentira, por lo que le reclamé y le dije que era falso y fue en ese momento que me di cuenta que el niño y el sacerdote eran parecidos físicamente.
Que si había alguna duda, con un examen de ADN de ambos saldríamos de cualquier duda. Con llanto y lamentaciones me pidió perdón y aceptó que el menor era hijo de ella y el presbítero Villalta”, afirmó.
Con los ojos llorosos asegura que a nadie le desea lo que ha vivido.
“Quedé devastado, no volví a hablar con ella por varios días hasta que el 29 de enero me dijo que el cura quería hablar conmigo, le dije que sí y en la noche llegó. Fue a la casa en Santa Ana donde vivíamos en familia, nos reunimos porque el día siguiente el cura salía con una comitiva de feligreses que llevaba con la imagen de La Negrita en peregrinación a Tierra Santa, viaje que duró un mes”, agregó.
PASADO,
PRESENTE Y FUTURO
Según del denunciante, revelaciones del sacerdote indican que la relación entre ambos tiene un pasado, un presente y un futuro.
“Los encuentros privados que mantuvo el cura y quien fuera mi mujer dieron origen a su primera relación amorosa y sentimental. En el presente el cura dijo que el menor es hijo de él y de la denunciada, lo procrearon cuando trabajaban en la Casa Hogar.
Esta verdad nunca debió salir a la luz durante toda la vida por recomendación de su director espiritual y en el futuro el presbítero se hacía responsable de todo, sin embargo hasta el momento no se ha hecho responsable de nada”, aseguró.
Cabe mencionar que el caso es de conocimiento de José Rafael Quirós, arzobispo de San José, con quien mantuvo una reunión para conocer detalles de lo sucedido.
DIARIO EXTRA contactó a Araya Castro, quien según su expareja mantuvo una relación sentimental y sexual con el sacerdote Villalta, pero manifestó que no se referiría a los cuestionamientos.
Además intentamos hablar con el presbítero, quien sería el segundo al mando en la Diócesis de San José, pero no fue posible localizarlo en su teléfono celular, por lo que le dejamos un mensaje a la secretaria personal, quien aseguró que estaba reunido con Quirós.
