El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, en diversos estudios, había señalado que los módulos de Máxima Vieja del Centro Penitenciario La Reforma eran considerados un depósito de personas. Por esta razón, en coordinación con el Ministerio de Justicia lograron el cierre de las conocidas “tumbas”, nombre que le pusieron los reos por considerar que, estando dentro de esas celdas, estaban muertos en vida.
Los privados de libertad que aún quedan en el módulo de Máxima Vieja conversaron con DIARIO EXTRA. En un principio denunciaban que, pese al cierre de las unidades, aun no veían cuándo las autoridades los reubicarían tal como ha sido la orden de diferentes organismos. Afirmaron que es poco el personal que queda en el lugar, “la custodia de día y de noche es la normal, ya que los privados que estamos aún aquí no representamos ningún peligro para el sistema penitenciario, no somos de sentencias altas. Lo más difícil es la soledad y acá no hay un equipo técnico en el ámbito que nos asista”, explico a este medio, Kendy de La Trava, privado de “las tumbas” de La Reforma.
SE MUEREN LOS GATOS
De La Trava, por momentos desvió la conversación para indicarnos que hacía un llamado a las autoridades de Senasa para que procedieran al rescate de unos 25 gatos que fueron mascotas de los privados de libertad y que ahora quedaron en el abandono tras la salida de sus dueños de Máxima Vieja. Según el reo, los animales están sufriendo y cada día que pasa van muriendo uno tras otro de hambre y abandono. “Lo que más tristeza me da es ver que acá hay un aproximado de 25 gatos que se están muriendo de hambre y de frío, porque como a todo el mundo (los reos) se los llevaron, los gaticos fueron abandonados. Es algo muy triste para mí y para los compañeros que aún estamos acá”, explicó.
LES DOY MI COMIDA
Es tal el sufrimiento que pasan estos animales que los privados, de su propio desayuno y almuerzo, apartan algo para darles a los animales, pues muchos de ellos están desnutridos y en muy mal estado de salud. “Lo más triste es ver que hace poco se aprobó una ley de protección de animales y nadie ha hecho nada por recoger a estos pobres animalitos que quedaron solos y abandonados. A veces agarro parte de mi desayuno y hasta del almuerzo para darles algo de comer”, indicó.
Según explicó, por políticas de la institución no se permitió a los reos llevarse sus mascotas. “Los gatos eran de los privados de libertad que han sido reinstalados. No hay que olvidar que aquí (Máxima Vieja) había 44 reos de los cuales unos 25 tenían gatos de mascota y no les permitieron llevárselos a donde los reasignaron”, señaló el privado de Libertad.
En el Ministerio de Justicia nos indicaron que los 5 privados aún instalados en “las tumbas” de La Reforma están en el proceso que les permitirá ser reubicados como el resto de la población.
PERIODISTA: Gustavo Retana
EMAIL: [email protected]
Jueves 20 Octubre, 2016
HORA: 12:00 AM
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