La mayoría crecemos recibiendo constantemente información respecto a lo buenas que son las madres, su extrema entrega, amor constante, sacrificio y dedicación. Sólo en pocas ocasiones aparece la imagen de una madre que no coincide con esta madre idílica que daría la vida por sus hijos. Conforme vamos creciendo y apuntamos a construir una familia o simplemente tener un hijo o hija, nos confrontamos con la realidad de la maternidad. Pues esta implica un proceso de embarazo con sus consecuentes cambios a nivel corporal para la mujer, sus temores al parto y a lo que sobrevendrá, ya que un hijo acarrea muchos desafíos en temáticas que pueden ser totalmente desconocidas para quienes están generando esa nueva vida.
Que una madre y un padre tengan miedo, no debería ser criticable. Todo lo contrario, su miedo puede dar cuenta de un lugar en el que no necesariamente se sabe todo y donde lo más sano sería preguntar, ir aprendiendo poco a poco con el propósito de lograr mayor tranquilidad conforme van avanzando en ese proceso.
A las mujeres se les tiende a negar e incluso a criticar cuando no están totalmente felices con su condición, o cuando tienen dudas. Sería importante plantearse que, aunque se tiende a decir que la maternidad es un instinto, no necesariamente se podría asegurar. Dado que en algunas personas surge con total naturalidad, sin embargo, en otras hay una seria dificultad para adaptarse a la cantidad de cambios que esto conlleva.
Para algunas mujeres, la idea de ser madres viene desde el modelo recibido tal vez en primera instancia por su propia progenitora, apuntando a casi emular todo lo que vivieron pues es el camino conocido. Con la dificultad de haber experimentado tanto cosas buenas como difíciles que tememos repetir.
La maternidad realista puede tomar en cuenta que haya o no un compañero, pues en muchos casos tenemos madres solteras o simplemente que las circunstancias las confrontan con una cuota de soledad. En otras ocasiones, aun estando presente un compañero o compañera, se vive un recargo que la misma naturaleza propone, en tanto hay una total dependencia del recién nacido hacia la madre que provee desde calor y afecto hasta alimentación.
Tenga en cuenta que ser madre es un tema a construir con las experiencias ajenas y propias, pero, asimismo, no pasa nada malo al tener dudas que de por sí son naturales y apropiadas.
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an Pedro de Montes de Oca.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dra. Marielos Hernández N. Psicóloga Clínica
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Lunes 26 Septiembre, 2016
HORA: 12:00 AM
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