Ya la tarde caía en Punta Riel, en Roxana de Pococí, Limón, cuando un grupo de niños se divertía jugando escondido, esa dinámica donde uno cuenta con los ojos cerrados o contra una pared mientras los demás corren a ocultarse, en un potrero detrás de una iglesia evangélica.
Todo parecía tranquilo hasta que quien contaba en su afán de hallar a sus amigos encontró un cadáver. Era un hombre de unos 50 años que se encontraba boca abajo. “¡Auxilio! Aquí hay un muerto”, gritó el menor y de inmediato los chicos salieron de sus escondites.
Empezaron a temblar y poco a poco se acercaron tomados de la mano para confirmar la noticia. Hasta ahí llegó la bonita tarde y cada uno salió como semilla de guaba para sus casas, no se les veía ni el humo.
La noticia corrió rápido entre los lugareños y llamaron a las autoridades.
El cruzrojista Gerardo Salas fue uno de los primeros en llegar a la escena y comentó que “al llegar al lugar confirmamos que la víctima estaba ya sin vida, por lo que les dejamos la escena a los miembros de la Fuerza Pública”.
Trascendió, de manera extraoficial, que la víctima tendría un impacto de bala en su cabeza, sin embargo ese dato no se pudo confirmar al cierre de edición.
El lugar fue acordonado por la policía para que trabajaran los agentes del Organismo de Investigación Judicial y no se alterara la escena del crimen.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
CRÉDITOS: Fotos: Orfilia Díaz, corresponsal
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Lunes 29 Agosto, 2016
HORA: 12:00 AM