Día nacional de la juventud
Trilce Villalobos*
Los jóvenes han sido señalados desde que el mundo es mundo como una población transgresora. Son los rebeldes por derecho. Están en “esa” edad incomprensible. Tienen la virtud de decir lo que y la desgracia de casi no ser tomados en cuenta.
El 12 de agosto anterior se celebró el Día Internacional de las juventudes y, como joven, seré rebelde por derecho, diré lo que no me parece y trabajaré por resolver de lo que no me parece lo que esté a mi alcance. No espero a que el gobierno me resuelva la vida entera, pero sí espero que resuelva lo que le he delegado resolver.
Soy joven y no le confié mi voto a nadie. Yo delegué con mí poder ciudadano la obligación de gobernar diligentemente a un candidato cuya obligación es escoger a las personas más capaces para que lo acompañen en esa labor.
Soy joven y soy inteligente. Sé entender cuando algo está bien, cuando algo está mal y cuando algo es mediocre. Mediocres son quienes creen que con el mínimo esfuerzo se logran cosas importantes.
Soy joven y soy trabajadora. El sector privado me ha dado las mismas oportunidades básicas que el sector público, pero además me ha hecho saber que las cosas suceden porque hay gente trabajando por que sucedan. La burocracia se come al sector público.
Soy joven y no soy ingenua. No porque no tenga la “experiencia” de alguien mayor quiere decir que no entiendo las cosas que suceden a mi alrededor, sino que las entiendo desde una perspectiva diferente y diferente no está mal.
Soy joven y soy consciente. No porque no participe activamente en las discusiones del país quiere decir que no sé que algo está pasando. Quiere decir que alguien no se ha tomado el tiempo de explicarme y darme contexto lo que está pasando.
Soy joven y soy optimista. Estoy en esa edad en la que mis ilusiones dependen de las oportunidades que me presente la vida y por eso exijo mejores políticas públicas para multiplicar las oportunidades laborales y de educación para nosotros.
Soy joven y no soy pobre. Vivo en contextos que me empobrecen; que me empobrecen más allá de lo económico, empobrecen mis recursos intelectuales bombardeándome de informaciones vacías, mal elaboradas y con aportes irrelevantes.
Soy joven y no soy rebelde sin causa. Mi causa es la que han compartido todas las generaciones jóvenes: La pasividad ante las situaciones incorrectas. Incorrecto es gobernar mal, incorrecto es no interesarse, incorrecto es no hacer algo. Incorrecto es echarle la culpa al otro. Pero aún más incorrecto es querer tapar lo incorrecto con lo mediocre.
Soy joven y puedo decir que las políticas públicas orientadas a mi población se ven muy lindas en papel, pero que la ejecución de ellas es una burla.
Soy joven y como joven sé que lo tradicional no siempre es funcional, entiéndase todo. Política, educación, medios, ambientes laborales. Funcional es lo que hace caminar un país a una calidad de vida cada año mejor. Jóvenes, no seamos tradicionales.
Soy joven y no quiero que me adoctrinen, quiero que me eduquen, que me ofrezcan los recursos para formarme un criterio propio.
Soy joven y algún día dejaré de serlo, cuando eso suceda espero haber tenido todas las herramientas para crecer educadamente y entender que mi generación no es el centro de la sociedad, así podré vivir diferente a como viven hoy los adultos y los que vienen tras de mí.
Los adultos, la mayoría, viven pensando que puede que tenga sentido lo que digo, pero que en mi juventud soy incapaz de tener razón. Los que vienen tras de mí no saben que de no corregirse el adultocentrismo en mi generación tendrán las mismas barreras generacionales que yo.
Soy joven y quiero corregir. De ahora en adelante cada vez que no esté de acuerdo con algo que alguien aún más joven diga, en lugar de decir “mae tenía que ser un mocoso”, “cuando tenga mi edad hablamos” o “cuando yo tenía su edad pensaba igual pero luego uno crece” voy a entablar una conversación para aprender lo que pueda y enseñar lo que pueda.
Soy joven y como transgresora natural empezaré a botar esas barreras generacionales que han estado desde que el mundo es mundo, para que dentro de algunos años otras generaciones tengan aún más razones para celebrar el día internacional de la juventud.
*Periodista
