LA RENACIONALIZACIÓN BANCARIA
Lic. Efren Arauz C.*
Con el inicio de la Segunda República en el año de 1948, la Junta Revolucionaria decretó, como uno de sus primeros actos, la NACIONALIZACIÓN BANCARIA, a la fecha el crédito estaba manejado por unos cuantos bancos extranjeros y particulares dedicados al oficio.
Con esto, se inició una era de desarrollo económico y social, la Costa Rica descalza de mediados de siglo XX empezó a trabajar; con las Juntas de Crédito Rural comenzó el cultivo del café en la meseta central en forma más ordenada y democrática; surge la ganadería de carne en Guanacaste y el desarrollo lechero en Cartago y lugares aledaños; así mismo, en el valle central empieza a aflorar la pequeña industria que a finales de los cincuentas e inicios de los sesentas se convierte en la llamada industria de ensamblaje que posteriormente se integra al Mercado Común Centroamericano, marcando el desarrollo económico moderno en esa época para la región, así dio inicio el desarrollo económico para Costa Rica.
Conforme pasaron los años, aparecieron otras áreas de desarrollo, agrícola, industrial y de servicios, etcétera, en los ochentas surge el sector financiero privado que desembocó en la Crisis Financiera de 1987 con grandes perjuicios para la economía nacional, provocando la Ley de Modernización Bancaria que permitió a los escasos bancos privados que existían, la captación de recursos libres y el manejo de cuentas corrientes que era monopolio del Estado.
De cuatro bancos particulares que existían pasamos hoy a tener más de cincuenta, la banca pública tuvo que actuar como banco privado para poder competir con los bancos nacionales y extranjeros particulares. Hoy día la banca estatal no existe como tal, piensa y actúa como banca privada, el Banco Popular no es ni banco ni es popular y la Banca de Desarrollo está paralizada desde su origen. Los recursos aprobados por la banca particular no son autorizados salvo para actividades comerciales y especulativas. No hay crédito dirigido al pequeño y mediano empresario ni a las cooperativas y, mucho menos, a las nuevas empresas de emprendedores. El esfuerzo de una nueva economía hacia afuera, aprovechando los mercados cautivos, se perdió. Por más reformas a la ley de la banca de desarrollo, mientras no se dinamice el crédito y se aprueben garantías accionarias en vez de las garantías reales, esta sencillamente no operará.
Para agravar la situación, hoy los bancos públicos están tomados por los sindicatos, los gerentes de alto rango, las Convenciones Colectivas y las corruptelas como el lavado, los mega salarios y el crédito político.
Lo que construimos en 1948 lo destruimos en 1987. Urge RENACIONALIZAR LA BANCA si queremos volver a crecer, si queremos volver a tener una economía sana y democrática y si queremos reactivar la producción nacional en beneficio directo de todos.
Desde mi perspectiva, volver a pensar en grande es el desafío, esta debe ser la consigna para los partidos políticos serios y será el reto para el próximo gobierno, de no ser así, vamos rumbo a un túnel sin fin, de difícil retorno, aun estamos a tiempo, actuemos.
*abogado
