Las empresas que lleven a cabo obras, sean públicas o privadas, deberán preocuparse por mitigar las molestias y riesgos en la salud de las personas a causa del polvo producido en sus construcciones.
Así lo determina un decreto del Ministerio de Salud publicado en La Gaceta el 1 de julio denominado Norma para mitigar las molestias y riesgos a la salud de las personas.
Esta medida pretende evitar una afectación a la salud de la población ubicada en las cercanías de la construcción de obras, debido a las consecuencias derivadas de las partículas contaminantes del polvo, pues estas viajan en el aire y eventualmente tienen efectos nocivos en la salud de las personas.
De acuerdo con los expertos de salud, los efectos más frecuentes del polvo de construcción son las alergias, erupciones en la piel y neumoconiosis (conjunto de enfermedades pulmonares producidas por la inhalación de polvo y la consecuente deposición de residuos sólidos inorgánicos).
La afectación varía dependiendo de las condiciones ambientales tales como la humedad, el viento, la presión atmosférica, el origen del polvo y las características físicas de este.
El polvo de construcción consiste en partículas sólidas, que varían en tamaño de 1 a 100 micrómetros, que se pueden esparcir por el aire, dependiendo de las condiciones ambientales, el origen y las características físicas.
Los constructores deben cubrir con lonas o plásticos el banco de materiales a utilizar en la obra. Deberán mantener las rutas de acceso al proyecto constructivo, que sean de lastre o de tierra, humedecidas mediante uso de cisternas con equipo de riego y aumentar la frecuencia en época de verano.
Otras de las obligaciones que deberán cumplir los encargados de obras será mantener debidamente humedecidas las rutas internas del proyecto constructivo. Cubrir con lonas los camiones (vagonetas) que transportan material granulado para evitar la dispersión por acción del viento.
También deberán establecer ductos de descarga de residuos de construcción en los proyectos constructivos de varios niveles, utilizar estructuras cortavientos para evitar la dispersión de material y residuos por acción de fuertes vientos.
En el caso de los edificios en remodelación, que se encuentran en zonas pobladas, deberán mitigar las molestias a los vecinos y transeúntes a través de tecnología.
